El mosquito vegetariano




En un pequeño bosque vivía un grupo de simpáticos mosquitos que se dedicaban a buscar su alimento preferido: la sangre. Todos los mosquitos eran felices con esta dieta, excepto Martín, un mosquito que no quería picar a ningún animal. Martín era vegetariano y prefería alimentarse de néctar de flores.

Un día, Martín decidió contarles a sus amigos mosquitos sobre su decisión de ser vegetariano. -¡Chicos, tengo algo importante que decirles! - anunció Martín nervioso. -¿Qué pasa, Martín? ¿Por qué estás tan inquieto? - preguntó Curro, uno de sus amigos. -Verán, he decidido que no quiero picar a ningún animal, prefiero alimentarme de néctar de flores y frutas. - explicó Martín.

Los amigos mosquitos se quedaron perplejos ante la noticia de Martín. -¡Pero eso es ridículo! ¡Los mosquitos como nosotros necesitamos la sangre para sobrevivir! - exclamó Laura, otra amiga de Martín. -Lo siento, chicos, pero es mi decisión y no pienso cambiarla- respondió Martín con determinación.

A partir de ese día, los amigos mosquitos comenzaron a alejarse de Martín. Lo evitaban y se burlaban de su dieta vegetariana. Martín se sentía muy triste al ser rechazado por sus amigos, pero no estaba dispuesto a traicionar sus principios.

Un día, mientras Martín se encontraba recolectando néctar, escuchó un zumbido proveniente de unos arbustos. Para su sorpresa, descubrió a una mariposa llamada Margarita en apuros. Un grupo de avispas la estaban persiguiendo. Sin dudarlo, Martín se interpuso y les advirtió a las avispas que dejaran en paz a la indefensa mariposa. Las avispas, sorprendidas por la valentía de Martín, decidieron irse. Margarita, agradecida, le dijo a Martín: -Gracias por salvarme, eres un verdadero amigo-.

A partir de ese día, Martín y Margarita se convirtieron en grandes amigos. Margarita le enseñó a Martín sobre las plantas y flores que podía consumir como vegetariano, y Martín la protegía de cualquier peligro. Con el tiempo, otros insectos del bosque comenzaron a admirar la valentía y bondad de Martín, y poco a poco, los amigos mosquitos empezaron a cambiar su forma de ver las cosas.

Finalmente, comprendieron que la elección de Martín de ser vegetariano no lo hacía menos mosquitos, y que su amistad con otros insectos enriquecía a todo el bosque. A partir de ese momento, Martín dejó de ser rechazado y volvió a ser aceptado por sus amigos mosquitos, quienes aprendieron a respetar su estilo de vida diferente. Juntos, vivieron muchas aventuras y aprendieron que la verdadera amistad va más allá de nuestras diferencias y elecciones.

FIN.

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