El móvil perdido


Había una vez una niña llamada Isabel, a quien le encantaba viajar en tren y observar por la ventana los paisajes que iban pasando rápidamente.

Un día, mientras estaba sentada en su asiento, mirando por la ventana, vio algo brillante en el suelo. Se agachó para ver qué era y ¡sorpresa! , era un móvil caro. Isabel lo levantó con cuidado y preguntó a las personas que estaban cerca si alguien lo había perdido, pero nadie respondió.

Entonces decidió guardarlo y esperar a que alguien lo reclamara. Pasaron varios minutos y nadie parecía estar buscando el móvil. Isabel se puso a pensar qué hacer con él.

Sabía que era importante devolverlo a su dueño, pero no tenía forma de saber quién era. Miró el móvil y vio que no tenía tarjeta SIM, por lo que no podía llamar a ningún contacto para informarles sobre el hallazgo. "¿Qué hago ahora?", se preguntaba Isabel preocupada.

Decidió llevarse el móvil a casa para intentar encontrar alguna pista sobre su dueño. Lo encendió y vio que tenía una pantalla de inicio personalizada con una foto de un perro muy lindo. Eso le dio una idea.

Isabel publicó en sus redes sociales una foto del móvil junto con un mensaje: "Encontré este móvil en el tren, ¿alguien reconoce al perro de la pantalla? Por favor comparte para encontrar al dueño".

La publicación se compartió muchas veces y llegó a mucha gente. Días después, recibió un mensaje de una persona que aseguraba conocer al perro de la foto.

Resulta ser que era la vecina de Isabel, quien había perdido su móvil hacía unos días y estaba desesperada por recuperarlo. "¡Muchas gracias por encontrar mi móvil! No sabes cuánto significa para mí", dijo la vecina emocionada al encontrarse con Isabel. "De nada", respondió Isabel sonriendo feliz por haber podido ayudar.

La vecina le ofreció recompensarla por haber encontrado el móvil, pero Isabel amablemente rechazó la oferta. Para ella, lo más importante era haber hecho algo bueno y ayudado a alguien en apuros. Desde ese día, Isabel aprendió la importancia de ser honesta y solidaria.

Aunque fue tentador quedarse con el móvil caro que encontró en el tren, prefirió seguir siempre su corazón y hacer lo correcto. Y así siguió viajando en trenes llenos de historias increíbles para contar.

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