El mundo creativo de Tommy



Tommy era un niño muy especial. Desde pequeño, su creatividad no tenía límites. Siempre estaba dibujando, pintando o creando algo nuevo. Sus compañeros de clase se asombraban al ver sus increíbles dotes artísticas, y la seño Sonia siempre celebraba sus maravillosas creaciones. Sin embargo, a pesar de ser tan talentoso, Tommy también era un poco tímido y a veces tenía miedo de pedir ayuda.

Un día, durante el recreo, Tommy estaba dibujando en un rincón del patio cuando un compañero se acercó y le dijo: "¡Eso que estás dibujando es feo y mal hecho!" Tommy se sintió muy triste, pero en lugar de pedir ayuda o hablar con la seño Sonia, guardó silencio y continuó dibujando en soledad.

A medida que pasaban los días, Tommy se volvía más reservado y pasaba menos tiempo con sus amigos. La seño Sonia se dio cuenta de que algo no estaba bien y decidió hablar con él. "Tommy, ¿qué te pasa? Sé que eres un artista increíble, pero he notado que estás un poco triste últimamente", le preguntó con cariño. Tommy se sintió aliviado al saber que alguien se preocupaba por él, y finalmente abrió su corazón.

Después de escucharlo, la seño Sonia le dijo: "Tommy, sé que a veces las palabras de los demás pueden doler, pero es importante pedir ayuda. No tienes que enfrentar los problemas solo. Tus amigos y yo estamos aquí para apoyarte siempre". Tommy asintió con timidez, pero decidió seguir el consejo de la seño Sonia.

Al día siguiente, cuando un compañero le hizo un comentario hiriente sobre su dibujo, Tommy recordó las palabras de la seño Sonia y no dudó en pedir ayuda. Se acercó a la seño Sonia y le contó lo que había sucedido. Ella lo escuchó atentamente y luego habló con el compañero de Tommy. A partir de ese momento, Tommy se sintió más seguro y protegido.

Con el tiempo, Tommy volvió a ser el niño alegre y creativo que todos conocían. Aprendió que pedir ayuda no era una señal de debilidad, sino de valentía, y se dio cuenta de que siempre podía contar con el apoyo de sus amigos y su querida seño Sonia. Desde entonces, siguió creando sus obras maestras con confianza y alegría, sabiendo que nunca más estaría solo.

FIN.

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