El mundo de Carlos, Azul y su mascotas
Era un día soleado en el parque. Carlos estaba jugando con su perro, Rocco, mientras disfrutaba de la compañía de su prima Azul, que estaba sentada en un banco acariciando a su pequeño gatito, Miau.
"¡Mirá lo que puede hacer Rocco!" - dijo Carlos emocionado mientras lanzaba una pelota lejos y Rocco salía corriendo detrás de ella.
"Es increíble, Carlos. Rocco es un perro muy inteligente" - respondió Azul, sonriendo.
Pero había algo que inquietaba un poco a Carlos. Cada vez que Azul juntaba sus manos y llamaba a Miau, su mirada se iluminaba de una manera especial. A Carlos le molestaba que su prima pareciera querer tanto a su gatito.
"¿Por qué te gusta tanto Miau?" - preguntó Carlos de repente, con un tono celoso.
"Porque es suave y hace cosas graciosas, como cuando juega con una bolita de lana. Además, ambos son adorables, ¡no hay necesidad de que uno sea más especial que el otro!" - contestó Azul, mirando con ternura a su gatito.
Carlos frunció el ceño.
- “Pero... Rocco es mi perro, ¡es el mejor! No me gustaría que lo compares con Miau.”
Azul lo miró sorprendida, pero con una sonrisa comprensiva.
"No estoy comparando, Carlos. Me gustan los dos. Tal vez podríamos jugar juntos con nuestros animales. Así todos serían felices" - sugirió Azul.
Carlos fue un poco reacio, pero finalmente asintió.
"Está bien, juguemos juntos. Pero solo si Rocco gana en la carrera" - dijo Carlos, intentando ocultar su celosía con un reto divertido.
Ambos se pusieron a preparar una carrera.
"Vamos a hacer una línea de meta con estos palitos", sugirió Azul, mientras recogía algunos del suelo. "Y que gane el mejor."
Así que comenzó la competencia. Carlos lanzaba la pelota y Rocco iba como loco detrás de ella, mientras Azul haciéndole una broma a Miau movía su bolita de lana. En ese instante parecieron olvidar sus celos y se concentraron solamente en losdiversiones que brindaban sus mascotas.
Rocco ganó la carrera, ladrando feliz al final. Ambos niños celebraron, sintiendo esa chispa de alegría que sólo surge cuando se comparte.
"¡Lo hizo, lo hizo! ¡Es el mejor!", gritó Carlos, abrazando a Rocco.
"¡Sí! Pero también Miau fue muy rápido, ¡miralo! Se subió a ese árbol dando saltitos. ¡Es todo un atleta!" - respondió Azul, riendo más que nunca.
La risa y la emoción llenaron el aire mientras ambos primos disfrutaban la tarde en el parque, olvidando por completo los celos.
"Estoy pensando que tal vez podamos hacer algo divertido con los dos animales en conjunto, una especie de espectáculo" - propuso Carlos ahora más entusiasta.
"Sí, sí, ¡esa es una gran idea!" - aprobó Azul. "Podemos hacer un show de habilidades. Cada uno puede mostrar lo mejor de su mascota. Y al final, nadie tiene que ser el mejor, porque los dos son únicos y especiales a su manera".
Carlos, sintiéndose lleno de alegría, se dio cuenta de que no había razón para ser celoso. Lo más importante era la diversión y el cariño que compartían en ese momento.
"Claro que sí. ¡A trabajar, entonces!" - exclamó Carlos, abrazando a Rocco.
Ambos primos comenzaron a planear su espectáculo, felices de compartir y aprender que en vez de competir, podían colaborar y disfrutar de la amistad y el amor por sus mascotas.
Desde ese día, Carlos y Azul se volvieron inseparables, haciendo más aventuras juntos, descubriendo que compartir siempre trae más felicidad.
FIN.