El mundo de colores de Estefani



Estefani vivía en un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y cielos azules. Aunque su entorno era hermoso, ella tenía una habilidad especial: podía dar vida a un mundo de colores.

En su mente, cada sentimiento, cada emoción, tenía un color único y brillante. El amor era rojo como una rosa, la alegría era amarilla como el sol, la tristeza era azul como el mar y la esperanza era verde como los prados.

Estefani observaba el mundo a su alrededor con ojos llenos de asombro, siempre buscando nuevos colores que agregar a su paleta imaginaria. Un día, mientras caminaba por el bosque, conoció a un pajarito gris y triste. -¿Qué te sucede, pajarito? -preguntó Estefani con curiosidad.

-Estoy triste porque no encuentro mi color -respondió el pajarito con voz apagada. Estefani se puso manos a la obra. Cerró los ojos, respiró profundamente y, con su increíble habilidad, imaginó un color nuevo y brillante.

Un color que reflejaba la tranquilidad y la esperanza. Cuando abrió los ojos, el pajarito gris se transformó en un hermoso pajarito de un radiante color celeste. El pajarito revoloteó feliz alrededor de Estefani, lleno de alegría.

A partir de ese momento, el pajarito nunca más perdió su color, y Estefani entendió algo muy importante: su habilidad para ver el mundo en colores no era solo un don, sino también una responsabilidad.

A partir de entonces, se dedicó a ayudar a todos los que habían perdido su brillo, pintando sus vidas con los colores más hermosos. Estefani descubrió que el mundo era más hermoso cuando podía verlo a través de su paleta de colores imaginaria, y decidió compartir esta maravillosa habilidad con todos los que la necesitaran.

Así, su pequeño pueblo se convirtió en un lugar lleno de alegría, donde cada emoción era reconocida y pintada con amor y cuidado.

Y Estefani, la niña que veía el mundo en colores, se convirtió en la heroína de su propia historia, regalando colores y alegría a cada paso que daba.

FIN.

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