El Mundo de Fede



En un pequeño barrio, vivía un niño llamado Fede. Tenía una imaginación desbordante y siempre estaba soñando con aventuras. Un día, mientras jugaba en el parque, encontró un libro viejo y polvoriento. Cuando lo abrió, un destello de luz iluminó su cara y, de repente, ¡Fede se encontró en un mundo mágico!

Fede miró a su alrededor y vio árboles de caramelos, ríos de chocolate y nubes de malvaviscos. No podía creer lo que veía. "¿Dónde estoy?"- se preguntó, asombrado. Entonces, una pequeña criatura parecida a un hada apareció volando a su lado.

"¡Bienvenido a la Tierra de los Sueños!"-, dijo el hada con una sonrisa. "Soy Lila y estoy aquí para guiarte. ¿Estás listo para una aventura?"-

Fede, emocionado, asintió con la cabeza. "¡Sí! No puedo esperar a descubrir este lugar"-.

Juntos, Fede y Lila volaron sobre montañas de galletas y praderas de frutas. En su camino, encontraron a un perro que hablaba, llamado Max.

"¿Querés unirte a nuestra aventura?"-, le preguntó Fede.

"Claro, pero necesito ayuda. He perdido mi hueso dorado, y sin él no puedo volver a casa"-, respondió Max, con una mirada triste.

Fede sintió compasión. "No te preocupes, ¡te ayudaré a encontrarlo!"-.

Así que Fede, Lila y Max comenzaron su búsqueda por la Tierra de los Sueños. Visitaron el bosque de los deseos, donde cada árbol tenía una hoja que brillaba con sueños de los niños. Lila contó:

"Cada hoja se convierte en un deseo cuando alguien cree en sí mismo"-.

Fede pensó en sus propios deseos y decidió que quería ser valiente y amable. Mientras caminaban, encontraron un río que hablaba.

"¡Hola amigos!"-, dijo el río. "Si tienen sed de aventuras, crucen mi puente de nubes. Pero cuidado, hay traviesos duendes que podrían intentar hacerles una broma"-.

Fede y sus amigos cruzaron el puente, y de repente, un grupo de duendes en sus trajes coloridos apareció. "¡Hola, forasteros!"-, dijeron riendo. "Si quieren pasar, necesitan hacernos reír"-.

Fede, sintiéndose creativo, empezó a contar chistes.:

"¿Qué le dice una iguana a su hermana? ¡Iguanita!"-

Los duendes se rieron tanto que se olvidaron de hacerles bromas. "Está bien, pueden pasar, ¡ustedes son divertidos!"-.

Finalmente, después de muchas aventuras, llegaron a la Cueva del Eco, donde se decía que estaban escondidos los tesoros más preciados de la Tierra de los Sueños. Allí, encontraron el hueso dorado de Max.

Max se lanzó hacia su hueso y lo abrazó con alegría. "¡Gracias, Fede! ¡Ahora puedo volver a casa!"-

"¿Y nosotros qué hacemos?"-, preguntó Lila, un poco melancólica.

"No se preocupen, siempre los llevaré en mis recuerdos"-, respondió Fede mientras sentía que su corazón latía con fuerza.

Antes de despedirse, Lila le dio un pequeño colgante en forma de estrella. "Este colgante te recordará siempre que la verdadera magia está en tu corazón y en creer en ti mismo"-.

Max, antes de irse, dijo: "Nunca olvides que la amistad y la bondad son las verdaderas riquezas de la vida"-.

Fede sonrió y, con un parpadeo, volvió a su barrio, sosteniendo el libro en sus manos. Aunque había regresado a la realidad, la magia del Mundo de los Sueños seguiría viva en su corazón.

Desde ese día, Fede aprendió a ser valiente, a creer en sus sueños y, sobre todo, a valorar la amistad. Y cada vez que miraba el colgante de estrella, recordaba las maravillosas aventuras que había vivido y a los amigos que había hecho en ese mágico lugar.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!