El mundo de Karen


Karen era una niña con síndrome de Down que a sus 10 años veía el mundo de una manera muy especial. Para ella, las imágenes eran su forma favorita de comunicarse y entender lo que pasaba a su alrededor.

Su habitación estaba llena de dibujos que ella misma había hecho, representando todo lo que le gustaba y lo que quería descubrir.

Un día, Karen decidió que era hora de explorar el mundo más allá de sus dibujos y emprender una aventura. Con una sonrisa en el rostro, se puso en marcha con su fiel mochila llena de lápices de colores y papel. "¡Voy a ver el mundo con mis propios ojos!" exclamó Karen emocionada.

En su camino, se encontró con un anciano que estaba sentado en un parque. El hombre la miró con curiosidad y le preguntó qué hacía. "Estoy dibujando el mundo", respondió Karen con entusiasmo. El anciano, asombrado por la respuesta, decidió acompañar a Karen en su aventura.

Juntos, recorrieron las calles de la ciudad, pasaron por parques, vieron animales en el zoológico y disfrutaron de la naturaleza en el campo.

Cada vez que algo llamaba la atención de Karen, ella sacaba sus lápices de colores y plasmaba la escena en un papel. Mientras tanto, el anciano observaba maravillado la forma en que Karen veía el mundo.

Pasaron los días y Karen había llenado su mochila con montones de dibujos, cada uno contando una parte de su increíble aventura.

Llegó el momento de regresar a casa y Karen, con una enorme sonrisa, se dio cuenta de que no había descubierto el mundo solo a través de sus dibujos, sino que también había aprendido mucho sobre la belleza de las pequeñas cosas y la importancia de ver el mundo con amor y creatividad.

Karen continuó dibujando y explorando, inspirando a todos a su alrededor a ver el mundo de una manera diferente, a través de los ojos de la niña que veía con imágenes. Porque, como decía Karen, "cada imagen es una ventana a un mundo nuevo por descubrir".

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