El mundo de Lucía




Lucía era una niña muy especial, siempre tenía la cabeza en las nubes y la imaginación a mil por hora. Soñaba con un mundo lleno de flores y colores, un lugar donde pudiera vivir sus sueños tal como ella quería.

Cansada de no encontrar ese lugar en el mundo real, un día decidió ponerse en marcha para construir su propio mundo. Con una mochila llena de pinturas y pinceles, emprendió su viaje.

A medida que caminaba, iba pintando flores de todos los colores en las paredes, en los árboles, ¡incluso en el suelo!"Aquí quiero un jardín lleno de girasoles", pensaba mientras pintaba. "Y aquí un río de colores", se decía a sí misma mientras dibujaba el curso del agua.

Su mundo estaba tomando forma a medida que ella ponía en él todo su amor y creatividad.

Pero no todo sería tan fácil, ya que en su camino se encontró con una tormenta de tristeza que había dejado el cielo completamente gris. Lucía se entristeció al ver su mundo oscurecerse, pero recordó que siempre había llevado consigo un rayo de alegría en su corazón.

Decidió entonces pintar un arcoíris gigante que atravesara el cielo, devolviendo así la luz y el color a su mundo. Con el paso del tiempo, más y más personas se acercaron a ver su increíble creación. Al observar su obra, algunos comenzaron a pintar también, otros a sembrar semillas y cuidar plantas.

La tristeza se desvaneció dando paso a la alegría y la camaradería. Lucía entendió que su mundo no era solo suyo, sino de todos los que habían decidido sumarse a él.

Así, el mundo de Lucía se convirtió en un lugar mágico donde los sueños se hacían realidad, gracias al poder de la imaginación y el trabajo en equipo.

FIN.

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