El mundo en colores



Había una vez una niña llamada Valentina. Ella vivía en un mundo gris y aburrido, donde todo lo que veía era en blanco y negro.

Pero a pesar de eso, ella tenía un gran sueño: ser ilustradora de cuentos infantiles y viajar por el mundo. Valentina pasaba horas dibujando en su cuaderno, llenando cada página con colores brillantes e imaginando historias increíbles para acompañar sus dibujos.

Pero cuando levantaba la vista del papel, volvía a ver el mundo gris que la rodeaba. Un día, mientras caminaba por el parque, escuchó risas y voces felices que venían de un grupo de niños jugando en la fuente.

Valentina se acercó tímidamente para observarlos mejor y se sorprendió al ver que ellos veían el mundo lleno de colores vibrantes. - ¡¿Cómo hacen para ver todo tan colorido? ! - preguntó Valentina asombrada. - ¿De qué estás hablando? - le respondió uno de los niños confundido.

- Yo solo veo todo en blanco y negro - explicó tristemente Valentina. Los niños se miraron entre sí sin saber qué hacer o decir.

Hasta que uno dijo:- ¡Vamos a ayudarte! Seguro hay alguna forma de hacer que veas los colores como nosotros. Juntos comenzaron a buscar soluciones: probaron con lentes especiales, pintura mágica e incluso intentaron enseñarle cómo mezclar los colores primarios para crear nuevos tonos. Pero nada funcionó. Valentina estaba decepcionada pero no perdió la esperanza.

Siguió dibujando con más fuerza aún, creando mundos imaginarios llenos de colores brillantes y personajes divertidos que la hacían feliz.

Un día, mientras terminaba de dibujar un cuento sobre una niña aventurera que viajaba por el mundo en busca de tesoros, Valentina sintió que algo extraño estaba sucediendo. De repente, todo se volvió más brillante y colorido a su alrededor. Miró a su alrededor emocionada y vio que el parque estaba lleno de vida y color.

- ¡Lo lograste! - gritó uno de los niños corriendo hacia ella. Valentina no sabía cómo explicarlo pero supo en ese momento que sus dibujos habían cobrado vida gracias a su gran pasión por ellos.

Desde entonces, Valentina siguió dibujando e ilustrando cuentos infantiles, inspirando a otros niños a perseguir sus sueños con pasión y determinación. Y aunque nunca pudo ver los colores —"reales" , descubrió que lo importante era tenerlos siempre presentes en su corazón y en sus dibujos.

FIN.

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