El mundo mágico de Estrella


En un soleado día de verano, Luana y Macarena decidieron embarcarse en una aventura inolvidable.

Armadas con su imaginación desbordante y una mochila llena de meriendas, se dirigieron al Mundial de Fantasías, un lugar mágico donde todos los sueños se hacían realidad. Al llegar al mundial, quedaron maravilladas por la cantidad de criaturas fantásticas que pululaban por allí: hadas, duendes, dragones e incluso unicornios. Los ojos de las niñas brillaban de emoción mientras recorrían el lugar.

De repente, entre la multitud apareció un majestuoso unicornio blanco como la nieve. Su melena dorada ondeaba al viento y sus ojos eran tan brillantes como estrellas en el cielo nocturno.

Las niñas no podían creer lo que veían; era el ser más hermoso que habían encontrado jamás. El unicornio se acercó a ellas con gracia y dulzura. "¡Hola! ¿Cómo se llaman?"- preguntó con una voz melodiosa. "Soy Luana y ella es Macarena", respondió Luana emocionada.

El unicornio sonrió amablemente y les dijo: "Es un placer conocerlas. Mi nombre es Estrella". Las tres comenzaron a charlar sobre el mundo mágico del Mundial de Fantasías.

Estrella les contó sobre los secretos ocultos en cada rincón del lugar y cómo las fantasías pueden hacerse realidad si uno cree en ellas con todo su corazón.

Luana le preguntó curiosa: "Estrella, ¿qué hace un unicornio como tú aquí en el mundial?"El unicornio suspiró y respondió: "Hace mucho tiempo, los humanos dejaron de creer en la magia y los sueños. Los corazones se volvieron fríos y olvidaron lo maravilloso que es imaginar.

Vine aquí para recordarles a todos que la fantasía sigue viva dentro de cada uno de ustedes". Las niñas asintieron con seriedad mientras escuchaban atentamente las palabras del unicornio. "¿Y cómo podemos ayudarte, Estrella?"- preguntó Macarena con determinación. Estrella sonrió y les dijo: "Solo necesito que compartan su amor por la fantasía con otros.

Ayúdenme a recordarle al mundo cuán poderosa puede ser una imaginación desbordante". Las niñas aceptaron emocionadas el desafío y comenzaron a recorrer el Mundial de Fantasías llevando consigo un mensaje especial: "¡Imagina sin límites!".

A medida que Luana y Macarena compartían su amor por la fantasía, más personas se unían a ellos. Pronto, todo el mundial estaba lleno de risas, alegría e historias increíbles. La magia volvió a fluir por cada rincón del lugar.

Al final del día, cuando llegó la hora de partir, Estrella les dio las gracias a las niñas por haber traído tanta felicidad al Mundial de Fantasías.

"Recuerden siempre que tienen un poder único dentro de ustedes: el poder de imaginar", les dijo antes de desaparecer en una nube dorada. Luana y Macarena regresaron a casa sintiéndose inspiradas y llenas de energía. Comprendieron que la imaginación y los sueños son algo valioso que deben cuidar y compartir con el mundo.

Desde ese día, las niñas nunca dejaron de imaginar. Cada vez que cerraban los ojos, volvían a encontrarse con Estrella en el Mundial de Fantasías, recordándoles la importancia de creer en lo imposible y perseguir sus sueños sin miedo.

Y así, Luana y Macarena se convirtieron en embajadoras de la fantasía, llevando siempre consigo el recuerdo del unicornio más maravilloso que habían conocido.

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