El mural de la amistad



En una soleada mañana en el colegio "Rayitos de Sol", Vera y Gaek se encontraban frente a un muro lleno de grafitis. Algunos eran coloridos y creativos, pero otros simplemente manchaban la belleza del lugar.

"¡Gaek, mira todo esto! ¿Quién habrá hecho estos dibujos tan bonitos?", dijo Vera con asombro. "No lo sé, pero me parece que alguien ha estado pintando sin permiso. Esto no está bien", respondió Gaek con preocupación.

Decidieron investigar más a fondo y buscar pistas por todo el colegio. Recorrieron los pasillos, revisaron los rincones más escondidos y finalmente dieron con el autor de los grafitis: un niño llamado Tomás.

"¡Hola Tomás! ¿Fuiste tú quien pintó todos esos grafitis en los muros del colegio?", preguntó Vera con curiosidad. Tomás bajó la cabeza avergonzado y murmuró: "Sí, fui yo. Solo quería que el colegio fuera más bonito".

Vera y Gaek entendieron que Tomás tenía buenas intenciones, pero también necesitaba comprender por qué no se podía pintar en cualquier parte sin permiso. Decidieron llevarlo a hablar con la directora para explicarle la situación.

La directora escuchó atentamente las explicaciones de los tres niños y les explicó la importancia de cuidar y respetar el espacio común. Les dijo que si querían embellecer el colegio, debían proponer ideas a la dirección y pedir permiso para llevarlas a cabo. Tomás comprendió su error y se disculpó sinceramente.

Prometió no volver a pintar sin autorización y propuso organizar un proyecto artístico junto a sus compañeros para decorar el colegio de manera adecuada. Con ayuda de Vera, Gaek, y otros estudiantes voluntarios, Tomás coordinó un mural colaborativo en uno de los muros del patio.

Todos trabajaron juntos con autorización de la dirección, creando una obra hermosa que reflejaba la diversidad e inclusión del colegio. Desde ese día, Tomás aprendió una valiosa lección sobre respeto, trabajo en equipo y creatividad responsable.

Los grafitis desaparecieron del colegio "Rayitos de Sol" para dar paso a coloridas obras artísticas realizadas con amor y permiso.

Y así, entre pinceles y risas compartidas, Vera, Gaek y Tomás demostraron que juntos podían transformar cualquier pared gris en un lienzo lleno de alegría y armonía.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!