El mural del trabajo en equipo

Un día, Annita se despertó temprano, emocionada por ir al jardín. Pero cuando su mamá le dijo que tenía que ponerse el uniforme, ella protestó.

- No quiero usar ese uniforme aburrido -dijo Annita con una mueca en la cara. - Pero es importante usarlo para identificarte como parte del grupo y para estar cómoda mientras juegas -respondió su mamá con paciencia. Annita suspiró y decidió seguir adelante.

Se puso el uniforme y fue al jardín con su mochila llena de lápices de colores y papel. Cuando llegaron al jardín, Annita corrió hacia sus amigos y comenzaron a jugar. Sin embargo, algo extraño estaba sucediendo ese día.

Todos los juegos parecían aburridos y no había nada emocionante que hacer. De repente, uno de los niños sugirió pintar un mural gigante en la pared del jardín. Annita se emocionó inmediatamente ante esta idea.

- ¡Eso suena genial! -exclamó Annita mientras sacaba sus lápices de colores de su mochila-. Podemos dibujar flores, árboles, animales... ¡Lo que queramos! Todos los niños estuvieron de acuerdo y comenzaron a trabajar en el mural.

Mientras pintaban juntos como un equipo, Annita se dio cuenta de algo importante: aunque era divertido ser diferente e individualista a veces, también era muy gratificante trabajar en equipo para lograr algo grande. Finalmente terminaron el mural gigante después de varias horas trabajando duro bajo el sol caliente del verano.

Todos estaban orgullosos del trabajo que habían hecho juntos y Annita se sintió feliz de haber usado su uniforme para ser parte de ese equipo. - ¡Mira lo que hemos hecho juntos! -exclamó Annita, señalando el mural gigante-.

Todos somos diferentes y únicos, pero cuando trabajamos juntos podemos lograr cosas increíbles. Desde entonces, Annita nunca protestó por usar su uniforme. Ella entendió la importancia de trabajar en equipo y cómo puede llevar a grandes logros.

Además, siempre recordaría aquel día en el que ella y sus amigos crearon algo hermoso gracias al poder del trabajo en equipo.