El nacimiento de Oriana



Había una vez en un hermoso pueblo rodeado de montañas, un matrimonio de hadas llamado Eulalia y Celestino. Ellos anhelaban con todo su ser tener un hijo, pero pasaron muchos años sin lograrlo.

Un día, mientras paseaban por el bosque encantado, encontraron una antigua fuente de aguas mágicas. Sin dudarlo, Eulalia bebió un poco de aquella agua y pidió con todo su corazón la llegada de su tan deseada hija.

Pasaron los días y finalmente, Eulalia sintió en su vientre la presencia de una nueva vida. La pareja estaba emocionada ante la llegada de su bebé, y poco a poco el pueblo entero se unió a la celebración.

Todos los duendes, hadas y seres mágicos se unieron para preparar la llegada de Oriana, la pequeña niña que llenaría de alegría a todos en el pueblo. "¡Qué emoción, Eulalia! Pronto nuestra pequeña Oriana estará entre nosotros", exclamó Celestino con una sonrisa radiante. "Sí, Celestino.

Ya puedo sentir su dulce presencia en mi corazón", respondió Eulalia con lágrimas de felicidad en sus ojos.

Las hadas del bosque tejieron delicadas alas con hilos de plata, los duendes tallaron una cuna de madera de roble y los elfos prepararon las melodías más hermosas para recibir a la pequeña Oriana. Todos esperaban ansiosos el nacimiento de la niña que traería tanta alegría al pueblo.

FIN.

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