El nido de la bondad
En un pequeño pueblo en medio de las sierras de Córdoba vivía la maestra Delia, una mujer apasionada por la enseñanza y amada por todos los niños del lugar.
Delia era conocida por su creatividad y dedicación para hacer que cada clase fuera única y especial. Un día, mientras preparaba su clase de ciencias naturales sobre el ciclo del agua, la maestra Delia se dio cuenta de que le faltaban algunos materiales importantes.
Sin perder tiempo, decidió salir a buscarlos al río que cruzaba el pueblo. Pero lo que no sabía era que una sorpresa la esperaba allí. Al llegar al río, vio a un pajarito atrapado entre unas ramas.
Sin dudarlo, Delia se acercó con cuidado y logró liberar al pequeño animalito. El pajarito revoloteó felizmente antes de posarse en el hombro de la maestra, como si quisiera darle las gracias. "¡Gracias, maestra Delia! ¡Eres muy amable!", trinó el pajarito con alegría.
Delia sonrió emocionada ante aquella escena tan especial y decidió llevar al pajarito a su clase para mostrarles a sus alumnos lo importante que es ayudar a los seres vivos.
Al regresar a la escuela, los niños quedaron maravillados al ver al pajarito acompañando a la maestra. Delia aprovechó la oportunidad para explicarles cómo debemos cuidar y respetar a todas las criaturas del planeta. Los días pasaron y el pajarito se convirtió en un visitante frecuente en la escuela.
Los niños aprendieron mucho sobre las aves y se sintieron inspirados por la bondad de su maestra hacia los animales.
Pero un día, durante una tormenta fuerte, el nido del pajarito se cayó de un árbol cercano a la escuela. Los niños estaban preocupados por su amigo emplumado, pero fue entonces cuando demostraron todo lo que habían aprendido con Maestra Delia.
Uniendo fuerzas, construyeron juntos un nuevo nido más seguro para el pajarito y lo colocaron en un lugar protegido. El pequeño pájaro les miraba con gratitud desde una rama cercana mientras cantaba alegremente. "¡Gracias queridos alumnos! ¡Han demostrado ser grandes amigos!", trinaba el pajarito emocionado.
Mañana tras mañana, el canto del pájaro alegraba los corazones en la escuela rural donde Maestra Delia enseñaba con amor y sabiduría. Y así, entre lecciones de ciencias naturales e historias entrañables, todos aprendieron juntos que cada gesto de bondad puede marcar una gran diferencia en el mundo.
FIN.