El nido mágico de Nicole



Nicole era una niña muy especial. Tenía autismo, lo que hacía que ver el mundo de una manera diferente a los demás niños.

Aunque a veces podía ser difícil para ella comunicarse y entender las emociones de los demás, Nicole era una niña muy inteligente y creativa. Cada día, Nicole se levantaba temprano y se preparaba para ir al colegio.

Su mamá la ayudaba a vestirse y le recordaba que debía llevar su mochila con todos sus libros y útiles escolares. Al llegar al colegio, Nicole se encontraba con sus amigos: Martín, Lucía y Juanito. Ellos sabían que Nicole era especial y siempre la trataban con mucho cariño y paciencia.

La maestra de Nicole, la señorita Laura, también entendía las necesidades de Nicole. Sabía que a veces podía sentirse abrumada por los ruidos fuertes o las luces brillantes del salón de clases.

Por eso, tenía un lugar especial para ella donde podía sentirse tranquila cuando lo necesitara. Un día en particular, durante el recreo, Nicole vio algo muy interesante en el patio del colegio: un nido vacío en un árbol alto. Se acercó corriendo hacia él mientras sus amigos la seguían curiosos.

- ¡Miren chicos! -exclamó emocionada-. ¡Hay un nido vacío! Martín miró hacia arriba y dijo: -Es verdad, pero ¿dónde están los pajaritos? Lucía respondió: -Probablemente ya crecieron lo suficiente como para volar lejos del nido.

Juanito sugirió: -Podríamos hacer un proyecto sobre los pájaros y su ciclo de vida. Sería muy interesante. Nicole sonrió emocionada ante la idea y asintió con entusiasmo.

Aunque a veces le costaba comunicarse con palabras, sabía que podía expresar sus ideas de otras maneras. La señorita Laura se acercó al grupo y preguntó: -¿Qué están planeando chicos? Martín explicó: -Nicole encontró un nido vacío en el árbol, y pensamos que podríamos aprender más sobre los pájaros y su ciclo de vida.

La maestra sonrió y dijo: -¡Me parece una excelente idea! Podemos investigar juntos en el salón de clases. Así comenzó un emocionante proyecto sobre los pájaros. Nicole se sentía muy feliz compartiendo sus conocimientos e ideas con sus amigos.

Juntos, buscaron información en libros y en internet, dibujaron ilustraciones detalladas de los distintos tipos de aves y hasta construyeron un pequeño nido utilizando materiales reciclados. Al finalizar el proyecto, todos estaban orgullosos del trabajo realizado.

La señorita Laura felicitó a Nicole por su dedicación y esfuerzo durante todo el proceso. - Eres una niña muy especial, Nicole -le dijo-. Tu forma única de ver el mundo nos ha enseñado mucho a todos.

Nicole sonrió tímidamente, sintiéndose comprendida y valorada por primera vez en mucho tiempo. Sabía que su autismo no era una limitación, sino una parte importante de quién era.

Desde aquel día, Nicole siguió aprendiendo cosas nuevas cada día en el colegio junto a sus amigos. Descubrió que el mundo era un lugar lleno de posibilidades y que ella, con su forma única de ver las cosas, podía hacer grandes cosas.

Y así, Nicole se convirtió en una fuente de inspiración para todos los niños del colegio. Les enseñó que la diversidad no es algo malo, sino algo hermoso que nos hace únicos y especiales.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!