El niño arcoíris



Había una vez en un pequeño pueblo, un niño llamado Martín que tenía solo dos años de edad.

Martín era un niño especial, pues tenía la habilidad de capturar los colores del arco iris y usarlos para pintar el mundo de emociones alegres. Martín vivía en una casita rodeada de flores y árboles frondosos. Todos los días salía a recorrer el jardín en busca de nuevos colores para añadir a su paleta mágica.

Con sus pequeñas manos, atrapaba los destellos de luz que se reflejaban en las gotas de rocío o en las alas de las mariposas. Un día, mientras jugaba en el bosque cercano, Martín escuchó un llanto proveniente de detrás de unos arbustos.

Se acercó con curiosidad y descubrió a un pajarito herido. Sin dudarlo, Martín tomó su pincel mágico y con colores brillantes pintó suavemente las alas del pajarito.

El efecto fue instantáneo: el pajarito comenzó a revolotear felizmente alrededor de Martín, agradecido por su ayuda. Desde ese momento, el ave lo acompañaba a todas partes cantando melodías alegres que alegraban el corazón del pequeño niño.

Un día, mientras caminaban por el prado verde, se encontraron con una niña triste sentada bajo un árbol. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y no había color alguno en su rostro apagado.

Martín supo al instante qué hacer: se acercó con ternura y le regaló una sonrisa llena de colores del arco iris. La niña sintió cómo la tristeza abandonaba su corazón poco a poco, reemplazada por la alegría y la esperanza. A partir de ese momento, se convirtieron en amigos inseparables, compartiendo risas y aventuras bajo el sol radiante.

Poco a poco, Martín fue expandiendo su misión por todo el pueblo, llevando consigo sus pinceles mágicos y regalando colores del arco iris a quienes más lo necesitaban.

Cada persona que tocaba con sus creaciones experimentaba una transformación interna, dejando atrás el pesar para dar paso a la felicidad.

Y así fue como Martín, el niño bondadoso de dos años que capturaba los colores del arco iris para pintar el mundo de emociones alegres, se convirtió en un verdadero héroe para todos los habitantes del pueblo. Su magia no conocía límites y su corazón generoso iluminaba incluso los rincones más oscuros con la luz vibrante del amor y la amistad.

FIN.

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