El niño Armando y su increíble aventura constructiva



En un tranquilo barrio de Buenos Aires vivía un niño llamado Armando. A diferencia de los demás niños, a él le encantaba construir casitas con bloques de madera.

Pasaba horas concentrado en edificar increíbles estructuras, desde pequeñas casas hasta imponentes castillos. Sin embargo, había un problema que enturbiaba su pasión: el bullyng que sufría por parte de otros niños que se burlaban de su nombre, llamándolo 'Armando Casasito'.

Esto entristecía a Armando, quien no entendía por qué no podía ser aceptado por su afición. Un día, decidido a cambiar las cosas, Armando decidió pedir ayuda a su abuela, una mujer sabia y amorosa.

-Abuela, ¿cómo puedo hacer que los chicos me acepten y respeten mi pasión por construir casas? - preguntó Armando con tristeza. La abuela, con una sonrisa tierna, respondió: -Armando, nunca debes dejar de hacer lo que te apasiona por miedo al qué dirán. Tú eres único y especial, y tus habilidades son maravillosas.

En vez de ocultarlas, debes compartir tu talento con los demás. Inspirado por las palabras de su abuela, Armando decidió organizar un evento en el barrio. Construyó una serie de casitas con sus bloques de madera y las decoró con detalles coloridos.

Luego, invitó a todos los niños del vecindario a participar en una competencia amistosa para construir la casa más creativa.

Al principio, algunos niños se burlaron de la idea, pero Armando los animó a participar, mostrándoles que la construcción podía ser divertida y emocionante. Poco a poco, los niños se involucraron en la actividad y descubrieron lo gratificante que era trabajar juntos para crear algo hermoso.

Al final del día, todos admiraron las increíbles creaciones que habían construido, y se dieron cuenta de que el nombre de Armando no importaba en absoluto. Había demostrado su valía a través de su pasión y determinación.

Desde entonces, Armando se convirtió en un líder en su comunidad, organizando eventos de construcción y demostrando que la creatividad y la amistad son más fuertes que cualquier burla. Los niños que antes se burlaban de él se convirtieron en sus amigos más cercanos, y juntos disfrutaron construyendo un mundo lleno de imaginación y amistad.

FIN.

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