El niño de la fogata y la hamaca
Había una vez un niño llamado Santiago que vivía en el campo junto a su abuelo. Un día, su abuelo le enseñó a hacer una fogata en el patio trasero, para cocinar marshmallows y contar historias.
Santiago se entusiasmó tanto con la fogata que decidió llevar su hamaca al lado de ella. Mientras se mecía, su abuelo le contaba cuentos sobre aventuras y valentía.'-'Abuelo, ¿podría ser yo como los valientes de tus historias? , preguntó Santiago con curiosidad.
-Claro que sí, Santiago. Tú puedes lograr grandes cosas si te lo propones. Solo necesitas valentía y determinación, respondió su abuelo. Entonces, Santiago decidió que quería ser un valiente aventurero.
Durante las noches, miraba las estrellas desde su hamaca, imaginando los lugares que visitaría. Un día, su abuelo lo llevó a acampar al bosque. Santiago recordó las historias de valentía y se propuso explorar cada rincón del bosque. Mientras encendían una fogata, su abuelo le enseñó a orientarse con una brújula.
Santiago aprendió a identificar las estrellas y a ser valiente en medio de la naturaleza. Al regresar a casa, Santiago seguía soñando con ser un valiente aventurero. Decidió empezar por su propio patio, explorando cada rincón.
Un día, halló un nido de pajaritos caído. Con valentía, construyó un refugio para proteger a los pajaritos. Su abuelo lo vio y le dijo: -Santiago, has demostrado ser un verdadero valiente. Cuidar a los animales es una gran aventura.
Con el tiempo, Santiago se convirtió en un protector de la naturaleza, explorando nuevos lugares y ayudando a los seres vivos.'-'Ser valiente no siempre significa enfrentar peligros, sino también cuidar y proteger lo que amamos', le recordó su abuelo.
Santiago comprendió que ser un valiente aventurero no era solo explorar el mundo, sino también cuidar de él. Desde entonces, cada vez que se mecía en su hamaca junto a la fogata, recordaba las enseñanzas de su abuelo y se sentía feliz de ser un valiente aventurero.
FIN.