El niño de las maravillas subterráneas
Había una vez un niño llamado Mateo, a quien le encantaba leer libros de aventuras y descubrimientos. Un día, mientras exploraba el desván de su casa, encontró un antiguo libro titulado "El viaje mágico al centro de la Tierra".
Sin pensarlo dos veces, lo abrió y comenzó a leer. A medida que avanzaba en la historia, Mateo se emocionaba más y más. El libro hablaba de un portal secreto que permitía viajar al centro de la Tierra.
Decía que solo aquellos con un corazón valiente y una mente curiosa podrían encontrarlo. Mateo sintió que el libro estaba escrito especialmente para él. Se llenó de determinación y decidió emprender esa increíble aventura.
Con su mochila llena de provisiones y su imaginación como guía, salió corriendo hacia el bosque detrás de su casa. Después de horas caminando entre árboles altos y arbustos espesos, finalmente llegó a una cueva oculta en el corazón del bosque.
Siguiendo las indicaciones del libro, entró sin miedo en la oscuridad. De repente, Mateo se encontró en medio de un paisaje asombroso: estalactitas colgaban del techo como lámparas brillantes e iluminaban el camino hacia adelante.
Caminando con cautela por los senderos subterráneos, llegó a una enorme caverna donde había un río subterráneo. Justo cuando pensaba cómo cruzar ese obstáculo, apareció una criatura mágica llamada Lumi, mitad luciérnaga y mitad hada.
Lumi se acercó a Mateo y le dijo: "Hola, valiente explorador. Si deseas llegar al centro de la Tierra, necesitarás mi ayuda". Mateo estaba emocionado y preguntó: "¿Cómo puedes ayudarme, Lumi?".
La pequeña criatura brillante sonrió y respondió: "Puedo convertirme en un bote mágico que te llevará a través del río subterráneo. Pero primero, debes responder una pregunta". Sin dudarlo, Mateo aceptó el desafío y esperó ansioso por la pregunta de Lumi.
—"Dime" , dijo ella, "¿cuál es el tesoro más valioso que podemos encontrar en nuestro interior?". Mateo pensó profundamente durante unos segundos y luego respondió con convicción: "- El amor propio y la confianza en uno mismo". Lumi asintió con aprobación y se transformó en un hermoso bote luminoso.
Juntos, navegaron por el río subterráneo hacia las profundidades de la Tierra. A medida que descendían cada vez más profundo, Mateo descubría maravillas ocultas bajo tierra. Se encontraron con plantas bioluminiscentes que iluminaban cuevas enteras con sus brillantes colores.
También vieron animales extraños pero amigables que nunca habían visto antes. Después de un largo viaje lleno de aventuras emocionantes, finalmente llegaron al centro de la Tierra. Allí encontraron una ciudad subterránea llena de seres mágicos que vivían en armonía.
El líder de esta ciudad era un sabio anciano llamado Aluxián. Aluxián explicó a Mateo que el verdadero tesoro que encontramos en nuestro interior es la capacidad de amar y respetar a todos los seres vivos.
Impresionado por todo lo que había aprendido, Mateo se despidió de sus nuevos amigos y regresó a casa con una nueva perspectiva sobre el mundo. Comprendió la importancia de valorarse a sí mismo y tratar a los demás con bondad.
Desde aquel día, Mateo se convirtió en un defensor del medio ambiente y promovió la paz entre las personas.
Siempre recordaba su viaje mágico al centro de la Tierra como una aventura inspiradora que le enseñó valiosas lecciones sobre el amor propio y el respeto hacia los demás. Y así, su historia se convirtió en una leyenda contada por generaciones venideras.
FIN.