El niño del espacio y el amor extraterrestre
Había una vez un niño llamado Pablo, quien siempre había sentido curiosidad por el espacio y las criaturas extraterrestres. Un día, mientras estaba buscando algo en la basura de su casa, encontró un pequeño moco morado brillante.
Al acercarse, se dio cuenta de que no era un simple moco, ¡era una criatura del espacio! Pablo decidió cuidar de esta extraña criatura y le puso el nombre de Morito. Durante semanas, ambos se convirtieron en los mejores amigos.
Morito crecía rápidamente y mostraba habilidades sorprendentes. A medida que pasaba el tiempo, Pablo notó que Morito tenía la capacidad de cambiar de forma.
La feria de ciencias se acercaba y Pablo tuvo una idea emocionante: presentaría a Morito como parte de su proyecto. Estaba seguro de que todos quedarían asombrados con la criatura espacial. El día llegó y la feria estaba llena de estudiantes ansiosos por ver los proyectos.
Pablo llevó a Morito dentro de una caja especial para mantenerlo oculto hasta el momento adecuado. Pero cuando abrió la caja frente a todos sus compañeros y profesores, algo extraño sucedió. Morito comenzó a temblar violentamente y cambió su apariencia por completo.
Se transformó en un monstruo gigantesco con garras afiladas y dientes puntiagudos. Todos quedaron atónitos ante esta inesperada transformación. Pablo sintió miedo pero recordó todo lo bueno que había experimentado junto a Morito durante todo ese tiempo.
Decidió enfrentar al monstruo con valentía e intentar calmarlo. "Morito, sé que estás asustado, pero soy tu amigo. No tienes que transformarte en un monstruo.
Recuerda todos los momentos felices que hemos compartido juntos", le dijo Pablo con voz temblorosa pero llena de amor y confianza. El monstruo pareció entender las palabras de Pablo y poco a poco comenzó a reducir su tamaño hasta volver a ser el pequeño moco morado que había encontrado en la basura.
La multitud aplaudió emocionada por la valentía y compasión de Pablo. Todos se dieron cuenta de que Morito no era un monstruo malvado, sino una criatura asustada que solo necesitaba amor y comprensión. Desde ese día, Pablo y Morito continuaron siendo inseparables.
Compartieron muchas aventuras juntos y enseñaron a otros sobre la importancia de aceptar a aquellos que son diferentes. La historia de Pablo y Morito se convirtió en un ejemplo inspirador para todos los niños en la escuela.
Aprendieron que no debemos juzgar por las apariencias externas, sino mirar más allá y encontrar el verdadero valor en cada ser vivo. Y así, esta historia nos enseña que la amistad verdadera es capaz de superar cualquier obstáculo o apariencia extraña.
Nos muestra cómo el amor y la comprensión pueden transformar incluso al más temible —"monstruo" en algo hermoso: una relación llena de afecto y respeto mutuo.
FIN.