El Niño del Porte Físico
Había una vez un niño al que le encantaba hacer acrobacias y demostrar su agilidad física, pero a menudo no se comportaba de la mejor manera.
A pesar de ello, a él no le importaba lo que pensaran los demás niños. Un día, mientras practicaba sus piruetas, se dio cuenta de que la verdadera grandeza no solo venía de su destreza física, sino también de ser amable y considerado con los demás.
A medida que empezó a mostrar su buen corazón, los otros niños lo aceptaron y se convirtieron en sus amigos. Descubrió que la verdadera grandeza proviene de ser valiente, amable y generoso en lugar de solo buscar la admiración por habilidades físicas.
Juntos, él y sus nuevos amigos aprendieron a destacar no solo por sus habilidades, sino también por sus buenas acciones.
FIN.