El Niño Desobediente y el Secreto del Bosque
Había una vez un niño llamado Manuel, un travieso y desobediente que siempre ignoraba las advertencias de sus padres.
Un día, mientras jugaba en el bosque cerca de su casa, se adentró más allá de los límites permitidos, a pesar de las indicaciones de su mamá. El sol comenzó a esconderse detrás de los árboles y, al darse cuenta de que se encontraba perdido, Manuel comenzó a sentir miedo.
Tras buscar durante horas, exhausto y asustado, decidió sentarse en un tronco y llorar. De repente, escuchó un susurro proveniente de un árbol cercano. Para su sorpresa, una hoja comenzó a hablar.
- ¿Por qué lloras, niño perdido? -preguntó la hoja con voz suave y amigable.
Manuel,
sorprendido, le explicó su situación a la hoja, quien le invitó a seguirlo. El niño lo hizo, guiado por las hojas parlantes que lo llevaron al corazón del bosque, donde se encontró con una majestuosa hada.
Ella le explicó que el bosque tenía un misterio mágico: solo los niños con corazón puro podían ver y escuchar a los habitantes del bosque. Manuel, emocionado, se disculpó por su desobediencia y prometió respetar las reglas. El hada, con una sonrisa, le indicó el camino de regreso a casa.
Tras
ser encontrado por sus padres, Manuel les narró lo sucedido, y prometió nunca más desobedecer.
A partir de ese día, compartió con sus padres la experiencia vivida en el bosque, enseñándoles que la obediencia y el respeto traen consigo valiosas lecciones y descubrimientos. Manuel nunca olvidaría el increíble secretito del bosque y su promesa de ser un niño obediente y respetuoso.
FIN.