El niño, el billete y el perrito callejero
En una ciudad bulliciosa, un niño pobre llamado Lucas se encontraba buscando algo para comer. Tenía el estómago vacío y el corazón apretado por la tristeza. Mientras caminaba por las calles, tropezó con un pequeño perrito callejero.
El perrito parecía triste y hambriento, al igual que Lucas. De repente, Lucas vio algo brillar en el suelo. Era un billete. Lucas se agachó, recogió el billete y miró a su alrededor, pero no había nadie a quien devolvérselo.
Entonces, el perrito se acercó, moviendo la cola con timidez.-¿Qué es eso? -preguntó el perrito con curiosidad.-Es un billete, pero no es mucho. No nos alcanzaría ni para comprar comida -respondió Lucas con tristeza.
El perrito miró el billete y luego a Lucas con ojos brillantes.-¡Vamos, sígueme! -dijo el perrito con entusiasmo.Lucas decidió seguir al perrito por las calles, preguntándose a dónde lo llevaría. Finalmente, llegaron a un parque donde vieron a un grupo de niños jugando.
El perrito se acercó a un niño que estaba comiendo un sándwich y comenzó a mover la cola con rapidez.-¡Oye, ese perro es adorable! -exclamó el niño, acariciando al perrito.Lucas observaba la escena con curiosidad, preguntándose qué estaba pasando.
De repente, el niño le tendió a Lucas un trozo de su sándwich.-Toma, puedes compartir mi almuerzo con el perrito. Parecen necesitarlo más que yo -dijo el niño amablemente.Lucas aceptó el gesto amable del niño y compartió el sándwich con el perrito.
Mientras comían, el perrito comenzó a saltar y jugar alrededor de ellos, llenando el lugar con risas y alegría. Lucas se sorprendió al darse cuenta de que, a pesar de tener muy poco, podía hacer feliz a alguien más.
Esa tarde, el perrito y Lucas se convirtieron en amigos inseparables. Juntos, descubrieron que, a veces, la verdadera riqueza no se encuentra en el dinero, sino en compartir amor, amistad y compasión con quienes nos rodean.
FIN.