El niño estelar



Érase una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, vivía un niño llamado Oliver. Oliver siempre había soñado con viajar a lo desconocido y explorar las maravillas del universo.

Pasaba horas mirando las estrellas desde su ventana y soñaba con ser astronauta. Una noche, mientras observaba el cielo estrellado, una luz brillante apareció de repente y lo envolvió por completo.

Oliver se encontró flotando en el espacio, rodeado de planetas y estrellas que nunca había visto antes. Estaba emocionado pero también asustado. De repente, una voz amigable resonó en su cabeza: "¡Hola Oliver! Soy Astro, tu guía galáctico". Oliver miró a su alrededor pero no vio a nadie.

"No te preocupes", dijo Astro, "Estoy aquí contigo en forma de energía". Oliver se sintió aliviado al escuchar eso. "¿Dónde estamos?", preguntó curioso. "Estamos en las profundidades de la galaxia", respondió Astro. "Aquí encontrarás criaturas increíbles y paisajes sorprendentes".

Emocionado por la aventura que le esperaba, Oliver comenzó a explorar junto a Astro. Descubrieron planetas llenos de vegetación fluorescente y cascadas multicolores que parecían salpicar diamantes. En uno de esos planetas conocieron a Zippy, un simpático extraterrestre verde con antenas brillantes.

Zippy les mostró cómo plantar semillas mágicas que crecían instantáneamente en hermosos árboles frutales. "¡Increíble!", exclamó Oliver. "Me encantaría llevar algunas semillas a casa y compartir esta maravilla con mi familia y amigos".

"¡Por supuesto!", respondió Zippy. "Será un regalo de la galaxia para tu pueblo". Oliver se despidió de Zippy y continuó su viaje junto a Astro. Pronto llegaron a un planeta muy especial, donde encontraron criaturas que parecían hechas de luz.

"¡Mira! Son las Luciérnagas Galácticas", dijo Astro emocionado. "Ellas pueden iluminar el camino en la oscuridad". Oliver se sintió inspirado por la belleza y el poder de las Luciérnagas Galácticas.

Decidió llevar algunas con él para compartir su luz en Villa Esperanza. Finalmente, Oliver y Astro llegaron al último destino de su viaje: una estrella gigante llamada Estelita. Allí conocieron a Stella, una estrella parlanchina llena de sabiduría.

"Oliver, escucha atentamente", dijo Stella en voz baja pero poderosa. "El universo está lleno de maravillas infinitas, pero también depende de nosotros cuidarlo y protegerlo". Oliver asintió con seriedad mientras recordaba todas las lecciones que había aprendido durante su increíble aventura espacial.

"Gracias por todo, Astro", dijo Oliver emocionado. Astro sonrió y respondió: "Fue un placer guiarte, Oliver. Recuerda siempre mantener viva la curiosidad en tu corazón y nunca dejar de explorar".

Con estas palabras resonando en su mente, Oliver fue devuelto sano y salvo a Villa Esperanza justo antes del amanecer. Desde ese día, Oliver se convirtió en un defensor del medio ambiente y la exploración espacial.

Compartió sus experiencias con su familia y amigos, inspirándolos a cuidar el planeta Tierra y a soñar en grande. Y así, Oliver demostró que incluso los sueños más grandes pueden hacerse realidad cuando tienes el coraje de viajar a lo desconocido.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1