El niño glotón de macarrones


En una pequeña ciudad de Argentina vivía Juanito, un niño muy glotón al que le encantaban los macarrones. Desde que era pequeño, su mamá le preparaba enormes platos de macarrones con queso, y él se los devoraba sin parar. Juanito no se cansaba de comer macarrones; los comía en el desayuno, en el almuerzo, en la merienda y en la cena. Su mamá le advertía: "Juanito, si sigues comiendo tantos macarrones, vas a volverte un macarrón gigante", pero él no le hacía caso y seguía comiendo sin parar.

Un día, Juanito despertó sintiéndose extraño. Al mirarse al espejo, se dio cuenta de que algo raro estaba pasando: ¡se estaba volviendo amarillo y alargado como un macarrón! Asustado, corrió a contarle a su mamá lo que estaba sucediendo. "Te lo dije, Juanito. Tienes que aprender a controlarte con los macarrones", le dijo ella. Pero ya era demasiado tarde, y Juanito se encontraba convertido en un enorme macarrón.

A pesar de estar asustado, Juanito decidió sacar provecho de su situación. Se convirtió en la sensación del pueblo y todos querían ver al niño macarrón. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no podía hacer muchas de las cosas que solía disfrutar, como correr, saltar o jugar con sus amigos. Esto lo entristecía profundamente. Decidió buscar una solución y comenzó a investigar sobre alimentación saludable y balanceada.

Con mucho esfuerzo, logró recuperar su forma humana. Desde entonces, Juanito aprendió a disfrutar de los macarrones con moderación, combinándolos con otros alimentos sanos. Además, compartió su historia con otros niños para que también aprendieran sobre la importancia de una alimentación equilibrada. Juanito se convirtió en un ejemplo de superación y enseñanza para todos en la ciudad.

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