El niño perdido en el bosque



Era una noche oscura y fría en el bosque cuando Lobo Suko y Loba Bora se encontraron con un pequeño niño durmiendo bajo un árbol.

Los lobos se acercaron con cuidado, sin querer asustar al niño, y descubrieron que estaba solo y perdido. Lobo Suko dijo: "¿Qué hacemos ahora? No podemos dejarlo aquí solo". Loba Bora respondió: "Tenemos que cuidarlo hasta que encontremos a sus padres". Los dos lobos decidieron quedarse junto al niño para protegerlo mientras dormía.

Pero no sabían cómo cuidar de un ser humano, así que buscaron ayuda en otros animales del bosque.

Primero fueron a hablar con el búho sabio, quien les dio consejos sobre cómo alimentar al niño y mantenerlo caliente durante la noche. Después hablaron con los conejos, quienes les enseñaron juegos divertidos para jugar con el niño durante el día.

Pero lo más importante fue cuando se encontraron con la ardilla amistosa, quien les enseñó sobre la importancia de la amistad y el amor. La ardilla les dijo: "A veces las cosas pueden parecer difíciles o imposibles, pero si trabajamos juntos podemos superar cualquier obstáculo".

Los lobos tomaron estas palabras en serio y comenzaron a trabajar juntos para criar al niño de manera adecuada. Se turnaban para alimentarlo y mantenerlo caliente por las noches. Jugaban juegos divertidos durante el día e incluso le enseñaban canciones lindas.

Con cada día que pasaba, los lobos aprendían más sobre sí mismos y su capacidad de cuidar a otro ser vivo. Y el niño estaba feliz y seguro, sabiendo que tenía amigos leales cuidando de él. Un día, después de semanas cuidando al niño, los lobos encontraron a sus padres.

Los padres estaban muy agradecidos por todo lo que habían hecho por su hijo y les preguntaron cómo podían agradecerles. Loba Bora respondió: "No necesitamos nada más que la amistad del niño y saber que está a salvo".

Los padres sonrieron y dijeron: "Eso es lo menos que podemos hacer. Gracias por ser tan buenos amigos para nuestro hijo".

Y así los lobos se despidieron del pequeño niño con lágrimas en los ojos, sabiendo que habían hecho algo especial juntos. Y aunque extrañarían al niño, sabían que siempre tendría un lugar especial en sus corazones como su amigo más querido.

FIN.

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