El niño perdido en el bosque



Había una vez un niño llamado Martín que se había perdido en un bosque frondoso. Estaba muy asustado y no sabía qué hacer. El sol comenzaba a ponerse y el niño no encontraba el camino de regreso a casa.

De repente, escuchó un ruido entre los árboles y vio brillar una luz en la distancia. Siguió el resplandor y encontró un pequeño duende llamado Filiberto. "Hola, niño perdido", dijo el duende con una sonrisa amigable.

"¿Puedes ayudarme a encontrar el camino a casa? Estoy muy perdido", respondió Martín con los ojos llenos de lágrimas. -

Filiberto le explicó que para encontrar el camino de regreso a casa, Martín debía superar tres desafíos.

El primer desafío consistía en encontrar el arroyo de aguas mágicas y beber de su agua para obtener valentía. El segundo desafío era encontrar el árbol de la sabiduría y escuchar con atención su susurro para obtener conocimiento.

El tercer desafío era encontrar la flor de la amistad y compartir su fragancia con alguien para obtener el apoyo de los demás. Martín aceptó el desafío y se dispuso a buscar estos tres tesoros. Después de una larga travesía, Martín finalmente superó los desafíos y regresó con Filiberto.

El duende lo felicitó y le indicó el camino de regreso a casa. Martín, ahora lleno de valentía, conocimiento y amistad, logró encontrar su hogar y reunirse con su familia.

Desde ese día, siempre recordó las lecciones aprendidas en el bosque y se convirtió en un niño valiente y sabio que valoraba la amistad. Y cada vez que recordaba su aventura en el bosque, una sonrisa iluminaba su rostro.

FIN.

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