El niño perdido en la isla

Había una vez un niño llamado Mateo que estaba de vacaciones con su familia en una isla tropical. Un día, mientras jugaba en la playa, se alejó sin darse cuenta y terminó perdido en la densa selva.

Asustado y confundido, Mateo decidió explorar la isla en busca de ayuda. Después de mucho caminar, encontró una tribu de monos amigables que lo acogieron y lo llevaron a su hogar en lo más profundo de la selva.

Los monos le enseñaron a encontrar frutas para alimentarse y a construir un refugio para protegerse. A pesar de extrañar a su familia, Mateo aprendió a sobrevivir en la selva y se volvió más valiente y autosuficiente.

Un día, mientras exploraba una cueva, descubrió un viejo mensaje en una botella que indicaba a qué lado de la isla se encontraba la civilización.

Con la ayuda de sus amigos los monos, Mateo logró llegar a la otra punta de la isla, donde fue rescatado por un grupo de exploradores. Al reencontrarse con su familia, les contó todas las aventuras que vivió y les agradeció a los monos por haberlo ayudado.

A partir de ese momento, Mateo valoró aún más la importancia de la amistad, la valentía y la supervivencia en la naturaleza.