El niño perdido y el camino de regreso



Había una vez un niño llamado Mateo, a quien le encantaba explorar el bosque cerca de su casa. Un día, mientras jugaba, se alejó demasiado y se perdió en el espeso bosque.

- ¡Hola! ¿Hay alguien ahí? - gritó Mateo, pero nadie respondió. El sol comenzó a ponerse y el bosque se oscurecía. Mateo se dio cuenta de que estaba realmente perdido y sintió miedo.

Decidió sentarse y recordar todo lo que su abuelo le había enseñado sobre la supervivencia en el bosque. Recordó que debía mantener la calma y buscar indicios para encontrar el camino de vuelta a casa. Empezó a notar algunos rastros de animales y se dio cuenta de que seguirlas podría llevarlo a un camino.

Después de caminar un rato siguiendo los rastros, Mateo encontró una senda. Siguió caminando y, finalmente, escuchó voces y el ladrido de su perro. Corrió hacia la fuente del sonido y encontró a su familia y vecinos buscándolo.

- ¡Mateo, estás a salvo! - gritó su mamá, abrazándolo con alivio.

Aprendió que no debía alejarse tanto sin avisar a un adulto, pero también se sintió orgulloso de haber recordado las enseñanzas de su abuelo y haber encontrado el camino de regreso por sí mismo.

FIN.

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