El niño que aprendió a leer


En un pequeño pueblo argentino, vivía un niño llamado Martín. A pesar de su gran curiosidad y amor por aprender, Martín nunca había tenido la oportunidad de ir a la escuela.

Su familia era muy pobre y no tenían los recursos para enviarlo a la escuela, mucho menos para comprarle libros. Martín veía a los demás niños ir a la escuela con sus mochilas llenas de libros y se sentía triste, pero nunca perdió la esperanza de aprender a leer.

Un día, Martín descubrió una pequeña biblioteca comunitaria en el pueblo. Había pocos libros, pero Martín se sintió emocionado al verlos.

La bibliotecaria, Doña Rosa, notó el brillo en los ojos de Martín y le ofreció su ayuda para aprender a leer. Martín aceptó con entusiasmo y empezó a ir a la biblioteca todos los días después de ayudar a su padre en la huerta.

Doña Rosa le enseñaba pacientemente las letras, las palabras y las historias que escondían los libros. Martín no se rindió, a pesar de las dificultades y los comentarios de los vecinos que decían que el niño pobre nunca aprendería a leer.

Con el tiempo, Martín logró leer su primer libro completo y descubrió el maravilloso mundo que se escondía entre sus páginas. Se convirtió en un ávido lector, devorando todos los libros que encontraba en la biblioteca. Finalmente, Martín decidió compartir su amor por la lectura con otros niños del pueblo.

Con la ayuda de Doña Rosa, creó un pequeño club de lectura donde todos los niños, sin importar su situación económica, podían disfrutar de los libros y aprender juntos.

La noticia de este increíble logro llegó a oídos de un editor de una gran editorial, quien decidió donar libros nuevos y recursos para mejorar la biblioteca. Martín había logrado cambiar su vida y la de otros niños a través de su amor por la lectura y su perseverancia.

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