El niño que aprendió a ser cortés
Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en un pequeño pueblo. Lucas era un niño muy amable y respetuoso, siempre saludaba a todos con una sonrisa y se esforzaba por ser cortés en todo momento.
Un día, mientras caminaba por el pueblo, escuchó a una señora mayor que tenía dificultades para llevar sus bolsas de compras. Sin dudarlo, Lucas se acercó y le ofreció ayuda. "¡Buenos días, señora! Permítame ayudarla con sus bolsas", dijo Lucas con amabilidad.
La señora, sorprendida por la amabilidad del niño, aceptó su ayuda agradecida. A partir de ese día, Lucas continuó demostrando actos de cortesía y amabilidad hacia los demás.
Unos meses más tarde, el alcalde del pueblo organizó un concurso de buenos modales, y Lucas decidió participar. Durante las diversas pruebas del concurso, demostró su cortesía y amabilidad, ganándose el respeto y la admiración de todos.
Finalmente, Lucas fue coronado como el niño más cortés del pueblo y su ejemplo inspiró a otros niños a seguir su camino. Lucas demostró que la cortesía y la amabilidad siempre traen alegría y crean un mundo mejor para todos.