El niño que descubrió el secreto de las verduras
Había una vez un niño llamado Mateo que detestaba las verduras. Cada vez que su mamá le servía un plato de brócoli, espinacas o zanahorias, él fruncía la nariz y las empujaba con desagrado.
"¡No quiero comer eso, mamá!", se quejaba Mateo. Su mamá trataba de convencerlo diciendo que las verduras eran buenas para su salud, pero Mateo no las quería ni probar.
Un día, mientras Mateo jugaba en el jardín, una hada apareció frente a él.
"¡Hola, Mateo! Soy el hada de las verduras y he venido a enseñarte algo especial", dijo la hada con una sonrisa. Mateo estaba sorprendido. "¿El hada de las verduras?", preguntó incredulo.
La hada asintió y le dijo a Mateo que si quería seguir siendo fuerte y saludable, debía aprender a amar las verduras. Entonces, la hada le prometió a Mateo que si probaba las verduras, descubriría un secreto asombroso.
Intrigado por la promesa del hada, Mateo decidió probar una pequeña porción de brócoli esa misma noche en la cena. Para su sorpresa, ¡le gustó!"¡Mamá, mamá, el brócoli es delicioso!", exclamó Mateo emocionado.
Desde ese día, Mateo comenzó a probar todas las verduras que su mamá le servía, y descubrió que cada una tenía un sabor único y delicioso. Además, se sentía más enérgico y saludable.
Finalmente, la hada de las verduras volvió a aparecer para revelarle a Mateo el secreto que prometió.
"El secreto de las verduras, Mateo, es que cada una de ellas tiene poderes mágicos que te hacen más fuerte y te ayudan a crecer", explicó el hada. Mateo entendió entonces la importancia de las verduras y agradeció a su hada por enseñarle esa valiosa lección.
Desde ese día, Mateo se convirtió en un defensor de las verduras y se aseguró de enseñarle a sus amigos el maravilloso secreto que había descubierto. Y así, todos aprendieron a amar las verduras y a disfrutar de sus poderes mágicos.
FIN.