El niño que encontró su sonrisa



En un pequeño pueblo de Argentina, vivía un niño llamado Mateo. Mateo era un niño muy alegre y divertido, pero un día algo cambió. Comenzó a llorar mucho en la escuela y en el curso, sin que nadie supiera realmente el motivo.

La maestra, preocupada por la tristeza de Mateo, decidió hablar con él después de clase. 'Mateo, noto que has estado muy triste últimamente. ¿Quieres contarme qué te pasa?' dijo la maestra con cariño. 'No se preocupe, maestra', respondió Mateo con la mirada baja.

Pero la maestra no se dio por vencida. Decidió organizar una actividad en clase para ayudar a Mateo a expresar sus sentimientos. Les pidió a todos los niños que dibujaran cómo se sentían en ese momento. Mateo dibujó un cielo gris con muchas nubes. La maestra se acercó a él y le preguntó: '¿Por qué dibujaste esto, Mateo?' 'Porque así me siento, maestra. Como si no pudiera ver el sol', respondió con voz temblorosa.

La maestra lo abrazó con cariño y le dijo: 'Mateo, todos pasamos por momentos difíciles, pero siempre hay una luz al final del camino. Tú también puedes encontrar esa luz, ¿sabes?'

Los días pasaron y la maestra notó que Mateo empezó a sonreír de nuevo. Poco a poco, Mateo se fue animando a hablar sobre sus preocupaciones, y la maestra y sus compañeros estuvieron allí para apoyarlo en todo momento. Mateo encontró en ellos una red de amor y comprensión que lo ayudó a superar su tristeza.

Desde ese día, Mateo se convirtió en un niño alegre y cariñoso, dispuesto a ayudar a quienes estuvieran tristes, como alguna vez él lo estuvo. Aprendió que expresar sus sentimientos y pedir ayuda es valiente, y que siempre hay personas dispuestas a tender una mano amiga.

Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

FIN.

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