El niño que hizo historia
Había una vez un niño llamado Juanito, quien era un gran fanático del fútbol. Desde muy pequeño, soñaba con ser como su ídolo, Lionel Messi, y jugar en la selección argentina.
Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, recibió la noticia de que Argentina había llegado a la final del mundo contra Francia. Juanito no podía contener su emoción y decidió hacer todo lo posible para apoyar a su equipo.
El día de la gran final llegó y Juanito se vistió con los colores de la selección argentina. Llevaba una camiseta celeste y blanca, una gorra con la bandera nacional y tenía pintadas las mejillas con los colores de Argentina.
Juanito se dirigió al estadio junto a su papá. El ambiente estaba lleno de emoción y alegría. La gente cantaba y agitaba banderas mientras esperaban el comienzo del partido. Cuando sonó el silbato del árbitro, Argentina comenzó a jugar con mucha pasión.
Messi lideraba al equipo argentino anotando un gol tras otro. Cada vez que Messi hacía un gol, Juanito saltaba de alegría en las gradas. Pero Francia no se quedaba atrás.
Tenían un equipo fuerte y talentoso que también luchaba por ganar el partido. El marcador estaba igualado 3-3 cuando faltaban solo cinco minutos para terminar el tiempo reglamentario. En ese momento crucial, Messi tuvo una lesión en la pierna derecha y no podía continuar jugando.
Todo parecía perdido para Argentina sin su líder estrella. Juanito, desde las gradas, no podía creer lo que estaba sucediendo. Se sentía triste y desanimado al ver a su ídolo fuera del campo.
Pero en lugar de rendirse, decidió hacer algo extraordinario. Corrió hacia el túnel de los jugadores y se encontró con Messi. Con lágrimas en los ojos, le dijo: "Lionel, sé que estás herido, pero Argentina necesita tu ayuda.
Tú eres mi inspiración y sé que puedes hacer cosas increíbles". Messi miró a Juanito con una sonrisa reconfortante y le dio un abrazo. "Tienes razón", dijo Messi. "No puedo rendirme ahora". Juntos, regresaron al campo mientras el público rugía de emoción.
En el último minuto del partido, Argentina obtuvo un tiro libre cerca del área contraria. Todos sostenían la respiración mientras Messi se preparaba para patear la pelota.
Con una precisión asombrosa, Messi pateó la pelota por encima de la barrera francesa y anotó el gol ganador para Argentina. El estadio explotó en aplausos y gritos de alegría. Juanito saltaba y gritaba emocionado junto a su papá.
Habían presenciado un momento histórico gracias al espíritu indomable de Lionel Messi y la valentía de Juanito. Después del partido, Juanito se encontró nuevamente con Messi. Esta vez fue él quien abrazó al niño con gratitud por haberle dado fuerzas en ese momento difícil.
"Gracias por recordarme que nunca debemos rendirnos", dijo Messi a Juanito. "Eres un verdadero campeón". Desde ese día, Juanito siguió jugando al fútbol con pasión y determinación.
Y aunque no llegó a ser como Messi, aprendió que el verdadero espíritu del juego radica en nunca rendirse y siempre luchar hasta el final. Y así, Juanito se convirtió en un ejemplo para otros niños que soñaban con ser futbolistas.
Les enseñaba que, sin importar los obstáculos que se presenten en el camino, siempre pueden encontrar la fuerza para alcanzar sus sueños. Y colorín colorado, esta historia de inspiración y valentía ha terminado.
FIN.