El niño que no quería comer fruta
Había una vez un niño llamado Mateo, a quien no le gustaba comer fruta. Siempre se rehusaba a probar las manzanas, peras, naranjas y todas las frutas del arcoíris.
Sus padres intentaban persuadirlo, pero Mateo siempre encontraba una excusa para no comerlas. Un día, después de comer muchos dulces y golosinas, Mateo sintió un terrible dolor en la barriga.
Sus padres lo llevaron de emergencia al hospital, donde el médico les explicó que Mateo tenía un atasco en su barriga porque no comía fruta. El médico decidió que lo mejor sería hacerle una lavativa para limpiar su sistema. Mateo se asustó mucho, pero entendió que debía cuidar su cuerpo y aprender a comer saludablemente.
Después de la lavativa, prometió a sus padres y al médico que siempre comería su fruta todos los días. Desde ese entonces, Mateo se convirtió en un gran fanático de las frutas y comenzó a cuidar su alimentación.
A partir de esa experiencia, compartía su historia con otros niños para enseñarles la importancia de comer saludablemente.
FIN.