El niño que quería viajar a la luna




Había una vez un niño llamado Nico, de 11 años, alto y con rulos que le caían desordenados sobre la frente. Tenía el rostro moreno, y sus ojos brillaban cada vez que miraba al cielo nocturno.

Un día, durante una clase de ciencias, la maestra les habló sobre las fases de la luna. Nico quedó fascinado al conocer que la luna no siempre se ve igual, sino que cambia su forma poco a poco.

Desde ese momento, todas las noches se asomaba a su ventana para observar la luna y trataba de identificar en qué fase se encontraba. "Me encantaría ver la luna de cerca", suspiraba.

Un día, Nico decidió que quería cumplir su sueño de viajar a la luna. Entonces, se puso a investigar sobre cohetes, astronautas y todo lo que necesitaría para llegar hasta allí. Se pasaba horas y horas leyendo libros y navegando por internet en busca de información.

"¿Sabías que para viajar a la luna necesitas un traje espacial? Y también hay que ser muy valiente", le explicaba a su mejor amigo Tomás. A pesar de que sus padres le decían que era un sueño muy lejano, Nico no se desanimaba.

Un día, su maestra le propuso un desafío: armar un proyecto sobre la luna.

Nico se puso manos a la obra y preparó una maqueta detallada que mostraba las diferentes fases de la luna, explicando cada una de ellas con entusiasmo durante la exposición en clase. Su maestra quedó impresionada y le dijo: "Nico, tienes un gran talento para la astronomía. Nunca dejes de soñar en grande".

Con el apoyo de su maestra, Nico se unió a un grupo de astrónomos aficionados en su ciudad. Aprendió tanto de ellos y se llenó de experiencias que lo acercaron un poco más a su gran sueño. Años después, Nico se convirtió en un astrónomo reconocido que trabajaba en proyectos espaciales.

Y un día, gracias a su esfuerzo, logró viajar a la luna. Desde allí, contempló la Tierra, su hogar, con una sonrisa en el rostro. "Nunca dejé de soñar en grande, y mira dónde estoy ahora", susurró con emoción.

Desde entonces, Nico se convirtió en un ejemplo para muchos niños que soñaban con alcanzar las estrellas. Y les enseñó que con esfuerzo y pasión, todo es posible, incluso viajar a la luna.

FIN.

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