El niño que quería volar



Había una vez un niño llamado Lucas, quien estaba convencido de que era un superhéroe con el poder de volar.

Todos los días, Lucas se ponía su capa roja y salía al parque a practicar su —"vuelo" , saltando desde los columpios y corriendo con los brazos extendidos. "¡Mamá, papá, pronto podré volar de verdad!" decía emocionado. Sus padres sonreían con ternura y lo alentaban en su juego, aunque en el fondo se preocupaban por la seguridad de su pequeño.

Un día, mientras observaba a los pájaros en el parque, Lucas encontró un nido caído con un polluelo dentro. Decidió cuidarlo y alimentarlo, soñando con que algún día el pájaro fuera su amigo y le enseñara a volar.

Con dedicación, Lucas se ocupó del polluelo, lo llamó Pichón, y juntos vivieron muchas aventuras. A medida que Pichón crecía fuerte y sano, Lucas preparaba un plan para que pudieran volar juntos.

Creó un arnés especial que sujetaba a Pichón a su espalda, y se lanzaron desde lo alto de una pequeña colina. Aunque no lograron volar, la experiencia los unió aún más. Decidieron explorar otros medios para cumplir su objetivo y, con la ayuda de sus padres, construyeron una cometa gigante.

Finalmente, en un día ventoso, Lucas y Pichón lograron surcar el cielo, sintiendo la emoción de volar juntos.

Con el tiempo, Lucas comprendió que no necesitaba poderes especiales para sentirse como un héroe, ya que la verdadera valentía y amistad se encuentran en el corazón. Desde entonces, cada vez que veía a un pájaro volar, recordaba con cariño sus aventuras con Pichón y sonreía, sabiendo que la amistad lo había llevado más alto de lo que jamás pudo imaginar.

FIN.

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