El niño que se despertaba de noche para ver una estrella
Había una vez un niño llamado Nico que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Cada noche, cuando la luna iluminaba el cielo y las estrellas brillaban como diamantes, Nico se despertaba y miraba por la ventana de su habitación.
Una noche, mientras contemplaba el cielo estrellado, vio una estrella que parecía más brillante que las demás.
- '¿Por qué brillas tanto?' - se preguntó en voz alta.
Por sorpresa, la estrella le respondió: - 'Soy Lúmina, la estrella soñadora. Estoy aquí para inspirarte a seguir tus sueños.'
Nico, asombrado, no podía creer que hablaba con una estrella. - '¿Cómo puedo seguir mis sueños?' - preguntó con curiosidad.
- 'Primero, necesitas descubrir cuáles son tus sueños', dijo Lúmina. - 'Cierra los ojos y piensa en lo que más te gustaría hacer.'
Nico cerró los ojos y visualizó un mundo lleno de aventuras: quería ser un gran explorador, viajar por el mundo y conocer culturas diferentes.
- '¡Eso suena increíble!' - exclamó Lúmina. - 'Pero recuerda, los sueños no se cumplen solos. Debes trabajar y esforzarte.'
Desde esa noche, Nico decidió que haría algo cada día para acercarse a su sueño. Comenzó a leer libros sobre diferentes países y culturas, se unió a un club de exploradores en su escuela y hasta hizo un mapa que colgó en su pared, donde marcaba los lugares que soñaba visitar.
Sin embargo, un día se dio cuenta de que había olvidado mirar a la estrella. Entonces, preguntó: - 'Lúmina, cuando me concentro en mis tareas, a veces siento que me alejo de mis sueños.'
Lúmina le respondió: - 'Es normal, querido Nico. Pero no te preocupes. Cada vez que trabajas por un sueño, sigues siendo parte de él. Solo no olvides mirar al cielo y recordar qué es lo que realmente deseas.'
Motivado por sus palabras, Nico se propuso alcanzar un equilibrio. Para no perder de vista su sueño ni dejar de trabajar en ello, reservó un momento cada noche para observar las estrellas y reflexionar sobre sus progresos.
Con el tiempo, Nico no solo aprendió sobre otros países, sino también descubrió muchas cosas sobre sí mismo. Comprendió que la perseverancia y la curiosidad son esenciales para avanzar en la vida.
Una tarde, mientras exploraba un bosque cerca de su casa, se encontró con un grupo de niños que estaban construyendo un refugio de hojas y ramas.
- '¿Puedo ayudar?' - les preguntó alegremente.
- 'Claro, necesitamos más manos para terminarlo. ¡Ayúdanos!' - respondió una niña llamada Sofía.
Después de ayudarles a construir su refugio, Nico compartió sus sueños de ser explorador.
- '¡Eso suena genial! ¡Podríamos hacer un club de exploradores!' - exclamó Sofía. - 'Juntos podríamos aprender más y explorar nuestro entorno.'
Nico se entusiasmó. Al día siguiente, reunió a sus amigos y, con un gran cartel que decía "Club de Exploradores de Nico", comenzaron a organizar salidas para descubrir la naturaleza a su alrededor.
Con cada aventura, Nico se dio cuenta de que estaba cumpliendo su sueño de explorar, sólo que de una manera diferente a cómo imaginaba: lo hacía aquí, en su propio vecindario, rodeado de sus amigos.
Una noche, después de otro día emocionante, miró por la ventana y vio a Lúmina resplandeciente en el cielo.
- 'Lúmina, creo que estoy empezando a vivir mi sueño, aunque no sea como lo pensaba al principio.' - le dijo.
- 'Así es, querido Nico. A veces, los sueños se presentan de formas inesperadas. Sigue explorando y nunca dejes de creer en ti mismo.'
Desde entonces, cada vez que soñaba con algo, sabía que con esfuerzo y con el apoyo de sus amigos, podía hacerlo realidad. Y así, el niño que se despertaba de noche para ver una estrella, se convirtió en un explorador de su mundo, iluminando el camino de otros con sus sueños y su amistad.
FIN.