El niño que soñaba con las estrellas



En un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad, vivía un niño llamado Martín. Martín tenía una peculiar costumbre: cada noche, se despertaba a escondidas de sus padres y salía a su balcón a observar las estrellas.

Sentado en su sillita, admiraba el brillo de las constelaciones y la inmensidad del universo. Una noche, mientras observaba el cielo, Martín vio una estrella fugaz y decidió pedir un deseo. 'Quisiera poder volar y explorar todos los secretos del espacio', murmuró.

De repente, una estrella cercana comenzó a parpadear y, para su sorpresa, se materializó en forma de hada. 'Hola, Martín. Soy Estela, la guardiana de las estrellas.

He venido para hacer tu deseo realidad', dijo la hada con una voz brillante. Martín no podía creer lo que veía, ¡estaba a punto de vivir una aventura extraordinaria! Estela le explicó que debía superar tres desafíos para demostrar que era digno de recibir el regalo de la estrella.

-'¿Y cuáles son esos desafíos?', preguntó Martín emocionado. -'El primer desafío es encontrar el valor dentro de ti. Deberás enfrentar tus miedos más profundos', respondió Estela. Martín aceptó el reto con determinación.

Durante los siguientes días, se aventuró en el bosque y se enfrentó a sus temores, como la oscuridad y los ruidos extraños. Con cada obstáculo superado, su valor crecía. El segundo desafío consistía en demostrar compasión y empatía.

Martín ayudó a sus amigos de la escuela con sus problemas, escuchó a sus padres con atención y se convirtió en un joven solidario y amable. Finalmente, llegó el tercer desafío: demostrar perseverancia y tenacidad. Martín se esforzó en sus estudios, practicó deporte y permaneció firme en sus decisiones.

Con cada desafío superado, una estrella más brillante se sumaba al collar que Estela le había entregado al principio de la aventura. Tras cumplir con los desafíos, Estela aplaudió emocionada. '¡Felicidades, Martín! Has demostrado ser valiente, compasivo y perseverante.

Eres digno de recibir el regalo de la estrella'. Con un movimiento de varita, Estela transformó el collar en un par de alas resplandecientes.

Martín las extendió y, con un ligero aleteo, se elevó por encima de su casa y se adentró en el cielo estrellado. Desde ese día, Martín se convirtió en el guardián de las estrellas, viajando por el universo y compartiendo su luz con el mundo.

Sus padres, sorprendidos por la repentina desaparición de su hijo, descubrieron una nota en su habitación: 'No se preocupen, mamá y papá. Siempre estaré cuidando de ustedes desde lo alto'. Y así, Martín cumplió su sueño de explorar el universo, siempre recordando que el verdadero valor reside en el corazón.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!