El niño que soñaba con las estrellas

Martincito era un niño inquieto y curioso que siempre soñaba con explorar el universo.

Todas las noches, Martincito se despertaba en silencio, se deslizaba fuera de su cama y se sentaba en el balcón de su habitación para observar las estrellas. Su abuelo, Don Ernesto, solía contarle historias sobre las constelaciones y Martincito se maravillaba al escucharlas.

Una noche, mientras observaba una estrella fugaz, Martincito escuchó una voz suave que le decía: 'Si verdaderamente quieres explorar el universo, debes aprender a leer las estrellas'. Sorprendido, Martincito buscó de dónde provenía la voz y descubrió a un simpático búho posado en la baranda del balcón.

El búho, llamado don Héctor, le enseñó a Martincito a reconocer las constelaciones, a entender sus movimientos y a interpretar su brillo. Juntos, pasaban horas admirando la belleza del firmamento y aprendiendo sobre el universo. A medida que Martincito entendía más y más, su pasión por la astronomía crecía.

Un día, Don Héctor le propuso a Martincito que lo acompañara en un viaje intergaláctico. Con la ayuda de un par de lentes especiales, Martincito y Don Héctor se propulsaron hacia las estrellas y exploraron nuevos mundos y galaxias.

Después de su aventura, Martincito se convirtió en un gran astrónomo y siguió explorando el universo, siempre recordando con cariño las noches mágicas en las que descubrió su pasión por las estrellas.