El niño que soñaba con las estrellas



Había una vez un niño llamado Mateo, quien todas las noches se despertaba un ratito para ver las estrellas. Mateo vivía en una pequeña casita a las afueras de un pueblo, rodeado de campos y árboles.

Una noche, mientras todos dormían, Mateo se asomó por la ventana y contempló maravillado el brillante cielo estrellado. -¡Qué hermosas son las estrellas! -susurraba. Pero un día, Mateo se dio cuenta de que las estrellas parecían menos brillantes. Intrigado, decidió buscar ayuda.

Durante el día, habló con un sabio anciano del pueblo, quien le explicó que las estrellas estaban perdiendo su brillo por la contaminación lumínica.

Mateo no podía creerlo, ¡las estrellas se apagaban por la luz de las ciudades! Decidido a ayudar, Mateo ideó un plan. Reunió a todos los niños del pueblo y juntos crearon linternas con frascos reciclados para que la gente las usara en lugar de encender luces innecesarias por la noche.

Con esfuerzo y dedicación, lograron concientizar a todos sobre la importancia de cuidar el cielo nocturno. Poco a poco, las estrellas recuperaron su brillo, y Mateo volvió a disfrutar de su mágico espectáculo nocturno.

Desde entonces, los habitantes del pueblo aprendieron a valorar la belleza de las estrellas, cuidando de no perturbarlas con la luz. Y cada noche, Mateo y sus amigos se reunían para contemplar el resplandor de las estrellas, recordando que, con pequeñas acciones, podemos proteger y preservar la maravillosa naturaleza que nos rodea.

FIN.

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