El niño que soñaba con las estrellas
Había una vez un niño llamado Diego, a quien le encantaba observar las estrellas. Cada noche, se despertaba en silencio, salía de su habitación y se escondía en el jardín para contemplar el brillante cielo nocturno.
Su abuelo, Don Ernesto, había sido un astrónomo aficionado y le había enseñado a identificar las constelaciones y a maravillarse con la belleza del universo. Una noche, mientras observaba las estrellas, vio un destello repentino en el firmamento.
Diego quedó anonadado y decidió investigar qué era aquello. Al día siguiente, fue a la biblioteca y buscó libros sobre el espacio. Pasó días estudiando y aprendiendo todo lo que podía sobre las estrellas y los planetas.
Finalmente, descubrió que el destello que había visto era un cometa, y se propuso observarlo en persona. Con la ayuda de su abuelo, construyó un telescopio rudimentario y esperaron ansiosos la llegada del cometa.
Llegó la noche del avistamiento, y allí estaban Diego y Don Ernesto, listos para presenciar tan magnífico evento. Cuando por fin vieron al cometa, Diego sintió una emoción indescriptible y supo que su pasión por las estrellas sería eterna.
A partir de ese día, se convirtió en el pequeño astrónomo del barrio, organizando observaciones nocturnas para sus amigos y vecinos. Su amor por el cosmos lo llevó a estudiar astronomía y a dedicarse a descubrir los misterios del universo.
Y aunque pasaran los años, siempre recordaría aquella noche mágica en la que un simple vistazo al cielo cambió su vida para siempre.
FIN.