El Niño que Soñaba en Grande



Era una vez un niño llamado Pablo, que vivía en un pequeño barrio de Buenos Aires. Desde muy chico, Pablo mostró un gran interés por aprender. Siempre que sus profesores le planteaban un nuevo desafío, él se iluminaba y decía: "¡Esto es increíble!"-. Su curiosidad lo llevaba a hacer preguntas que sorprendían a sus maestros. Cuando llegaba la hora de los exámenes, Pablo estudiaba con entusiasmo y sus notas siempre eran brillantes. "¡Excelente trabajo, Pablo!"- le decía la señorita Marta, su maestra de matemáticas, mientras le ponía una estrellita dorada en su examen.

Con el paso del tiempo, Pablo continuó acumulando buenas calificaciones y reconocimientos en la escuela. Sin embargo, un día, Pax, su mejor amigo, le dijo: "Pablo, ¿no te gustaría hacer algo diferente?"-. Pablo lo miró confundido. "¿Diferente? ¿Cómo qué?"-

Pax sonrió. "Podríamos organizar un club de ciencias. A los chicos les gusta experimentar. ¡Imagina lo divertido que sería!"-

Inspirado por la idea de su amigo, Pablo dijo: "¡Me encanta! Pero, ¿por dónde empezamos?"-

Ambos decidieron invitar a sus compañeros a una reunión en la casa de Pablo. El primer día, el grupo de chicos se reunió en su patio, lleno de entusiasmo, pero pronto se dieron cuenta de que no sabían por dónde comenzar. "¿Alguien tiene ideas para un experimento?"- preguntó Pablo en voz alta. Nadie respondía.

Pablo se rascó la cabeza. No quería decepcionar a sus amigos. Entonces recordó lo que siempre decía su abuelo: "Si no puedes encontrar el camino, dibuja uno"-. Con esa inspiración, Pablo propuso: "¿Y si hacemos un volcán con bicarbonato de sodio y vinagre? ¡Es fácil y súper divertido!"-

Los chicos miraron a Pablo con ojos brillantes. "¡Sí! Hacelo, Pablo!"- gritaron al unísono. Así que, tras reunir todos los materiales, empezaron a trabajar. Las risas y los gritos de emoción llenaron el patio cuando el volcán hizo erupción. "¡Guau, esto es increíble!"- exclamó uno de sus amigos. Pablo se sintió feliz.

Con el éxito del primer experimento, cada semana se reunían para hacer otro. Pablo se dio cuenta de que no solo era excelente en los estudios, sino que también podía ayudar a los demás a aprender, divirtiéndose.

Sin embargo, en medio de esa alegría, un nuevo desafío apareció. Un grupo de chicos más grandes comenzó a burlarse de ellos por ser 'raros'. En una mañana soleada, mientras jugaban afuera, uno de los chicos más grandes se acercó y dijo: "¿Qué hacen ustedes con esos experimentos tontos?"- Otros comenzaron a reír. Pablo sintió que su corazón latía más rápido.

Pax, viendo la cara preocupada de Pablo, le dijo: "No hay que hacerles caso. ¡Lo que hacemos es genial!"- Pero Pablo no estaba tan seguro. Esa noche, se sentó con su papá y le contó lo que pasó. Su papá le respondió: "A veces, la gente no entiende lo que no conoce. Pero eso no significa que lo que hacen sea menos valioso. La curiosidad y el deseo de aprender son lo que realmente importa. ¡Sigue haciendo lo que amas!"-

Con esa charla, Pablo se sintió alentado y decidió seguir adelante con su club. A la semana siguiente, lo anunció a sus compañeros: "¡Sábado hacemos una feria de ciencia! Invitemos a todos, hasta los chicos grandes. Quiero mostrarles lo que hacemos!"- Todos se miraron emocionados. ¡Era una gran idea!

En la feria de ciencia, con ayuda de todos, Pablo preparó varias estaciones de experimentos. El día llegó, y chicos de todas las edades se agolpaban a ofrecer su apoyo; incluso los chicos que antes se burlaban se sintieron intrigados. "¡Mirá eso!"- decían, asombrados por las explosiones de colores y los volcánes burbujeantes.

Al final de la jornada, un grupo de chicos más grandes se acercó a Pablo. "Lo sentimos por lo que dijimos. De verdad, fue muy divertido. ¿Podemos unirnos a ustedes?"- Pablo sonrió y respondió: "¡Claro! Cuantos más seamos, más aprenderemos. La curiosidad no tiene edad"-. Desde ese día, el club de ciencias creció y aprendió más que nunca.

Así fue como Pablo, aquel niño al que siempre le habían dicho que era inteligente, comprendió que la verdadera sabiduría no solo estaba en sacar buenas notas, sino en compartir lo que sabía. Y con sus amigos, logró hacer del aprendizaje, algo divertido y emocionante.

FIN.

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