El niño que tenía las uñas negras



Había una vez un niño llamado Tomás, que siempre mantenía las uñas de sus manos y pies tan largas que parecían unas garras, y lo más extraño era que estaban completamente negras.

Las demás criaturas del pueblo lo miraban con curiosidad y cierto temor, y muchos evitaban acercarse a él. Un día, la maestra de la escuela, la señorita Ana, decidió investigar más sobre la extraña condición de Tomás.

Descubrió que el niño pasaba la mayor parte de su tiempo jugando en un jardín abandonado, lleno de plantas y tierra. Decidió llevar al niño al médico, donde descubrieron que las uñas de Tomás estaban tan contaminadas por la tierra y los residuos del jardín, que habían tomado ese color.

La mamá de Tomás, preocupada por la salud de su hijo, decidió limpiar y cuidar el jardín con la ayuda de vecinos y amigos del pueblo.

Con el tiempo, el jardín se convirtió en un hermoso lugar lleno de flores y árboles frondosos. Tomás aprendió a cuidar su jardín y a mantenerse limpio, y como resultado, sus uñas recuperaron su color natural.

La historia de Tomás se convirtió en un ejemplo para todos en el pueblo, enseñando que el cuidado del medio ambiente no solo beneficia a la naturaleza, sino también a la salud y felicidad de las personas.

FIN.

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