El niño que va al colegio
Martín era un niño curioso y lleno de energía que todos los días iba al colegio con una sonrisa en el rostro. Le encantaba aprender cosas nuevas y compartir momentos con sus amigos.
Un día, al llegar a la escuela, Martín se dio cuenta de que algo extraño estaba pasando. Sus amigos estaban tristes y desanimados. Martín se acercó a ellos y les preguntó qué les pasaba.
- ¿Qué les pasa, amigos? ¿Por qué están tan tristes? - preguntó Martín preocupado. Sus amigos le explicaron que estaban aburridos de hacer siempre lo mismo en la escuela, que querían hacer cosas más emocionantes y divertidas. Martín se puso a pensar y tuvo una idea brillante.
Decidió hablar con la maestra y proponerle organizar una actividad diferente para animar a todos. La maestra escuchó atentamente la propuesta de Martín y aceptó su sugerencia. Juntos, planearon una jornada llena de juegos, música y actividades al aire libre.
Al día siguiente, todos en la escuela estaban emocionados por el día especial que habían organizado. La jornada resultó ser un éxito total, y tanto los niños como los maestros se divirtieron como nunca.
Desde ese día, la escuela se convirtió en un lugar más alegre y dinámico, donde cada jornada era una nueva aventura. Martín aprendió que con creatividad y entusiasmo, podía hacer que las cosas cambiaran para mejor. Y así, con su actitud positiva, logró contagiar a todos a su alrededor.
El niño que iba al colegio entendió que, aunque a veces las cosas puedan parecer aburridas, siempre hay maneras de hacerlas más emocionantes y divertidas.
FIN.