El niño que volaba alto



Había una vez un niño llamado Pedrito, quien vivía en una pequeña casa junto a sus cinco hermanos.

Pedrito era un niño muy especial, siempre tenía la cabeza llena de ideas y su imaginación volaba más alto que cualquier pájaro en el cielo. Después de cada día de escuela, Pedrito hacía sus tareas y jugaba con sus amigos.

Pero lo que más esperaba era la hora de irse a dormir, porque sabía que en sus sueños podía hacer cosas increíbles. Noches tras noches, Pedrito soñaba con volar como los pájaros. En su sueño, se veía a sí mismo surcando los cielos con alas gigantes. Sentía el viento acariciar su rostro mientras flotaba entre las nubes esponjosas.

Esa sensación de libertad y felicidad lo llenaba de alegría. Un día, algo maravilloso ocurrió.

Después de despertarse por la mañana y contarles emocionado a sus hermanos sobre su último sueño volador, Pedrito notó algo extraño: ¡podía levitar! Era como si las alas imaginarias que había tenido en su sueño se hubieran convertido en realidad. Pedrito estaba tan emocionado que no podía creerlo. Corrió hacia el jardín y saltó al aire sin pensarlo dos veces.

¡Estaba volando! Sus hermanos miraban asombrados desde abajo mientras él danzaba entre las nubes. "¡Miren chicos! ¡Puedo volar!"- exclamó Pedrito con entusiasmo. Sus hermanos no podían creer lo que veían pero también quisieron probar suerte.

Uno por uno, intentaron volar saltando al aire, pero ninguno lograba levitar como Pedrito. Pedrito se dio cuenta de que era el único que podía volar y decidió usar ese don para ayudar a los demás.

Se convirtió en un superhéroe del cielo y comenzó a patrullar la ciudad en busca de personas que necesitaran su ayuda. Un día, mientras volaba sobre el parque, vio a una niña llorando porque había perdido su pelota favorita en un árbol muy alto.

Pedrito no dudó ni un segundo y se acercó volando hacia ella. "¡No te preocupes! ¡Voy a recuperar tu pelota!"- le dijo con una sonrisa.

Con sus habilidades de vuelo, Pedrito llegó rápidamente al árbol y rescató la pelota atrapada entre las ramas. La niña lo miraba con asombro y gratitud mientras él regresaba flotando hacia ella. A partir de ese momento, Pedrito se convirtió en el héroe del barrio.

Ayudaba a los vecinos a buscar cosas perdidas, rescataba gatos trepados en los techos y hasta apagaba incendios pequeños usando sus poderes especiales. Todos admiraban a Pedrito por su valentía y generosidad.

Pero él nunca olvidaba que todo eso era posible gracias a sus sueños nocturnos llenos de vuelo y libertad. Con el tiempo, Pedrito aprendió que no solo podía volar físicamente, sino también dentro de su mente. Descubrió que cuando soñamos con algo fuertemente deseado, podemos encontrar la forma de hacerlo realidad en nuestra vida diaria.

Pedrito siguió soñando y volando, pero siempre recordaba que sus sueños más grandes se convertían en realidad cuando los compartía con los demás y los utilizaba para hacer el bien.

Y así, Pedrito vivió felizmente volando por los cielos y ayudando a quienes lo necesitaban, demostrándole al mundo que nunca debemos dejar de soñar y luchar por nuestros sueños. Porque, como decía Pedrito, "los sueños son como alas invisibles que nos llevan hacia nuestras metas más altas".

FIN.

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