El niño y el oso del páramo



Felipe era un niño curioso y valiente que vivía en un pequeño pueblo al pie de la montaña. Siempre disfrutaba explorar el páramo cercano, observando los animales y las plantas que lo habitaban.

Un día, mientras caminaba por el bosque, escuchó un débil gemido que venía de entre los árboles. Intrigado, Felipe siguió el sonido hasta encontrar a un oso de anteojos herido. El animal tenía una pata atrapada entre unas ramas y parecía estar muy asustado.

Sin dudarlo, Felipe se acercó lentamente al oso para no asustarlo más. "Tranquilo amigo oso, no te haré daño," dijo Felipe con voz suave mientras acariciaba su pelaje.

El oso lo miró con sus grandes ojos tristes y dejó escapar un suspiro de alivio al sentir el tacto cálido de las manos del niño. Con cuidado, Felipe logró liberar la pata del oso y vendársela con una tela que llevaba en su mochila.

"¿Estás mejor así?" preguntó Felipe con preocupación. El oso asintió con la cabeza y emitió un gruñido suave como agradecimiento. A partir de ese momento, se formó una amistad especial entre Felipe y el oso herido.

Juntos compartieron muchas aventuras en el páramo, explorando cada rincón y aprendiendo uno del otro. Los días pasaron volando y el otoño llegó al pueblo. Una mañana fría, mientras recogían moras silvestres, escucharon unos ruidos extraños provenientes del bosque cercano.

"¡Oh no! ¡Es una avalancha!" exclamó Felipe asustado. Sin perder tiempo, tomó la pata del oso herido y corrió tan rápido como pudo hacia un lugar seguro.

La avalancha arrasó parte del bosque pero gracias a la valentía y rapidez de Felipe lograron ponerse a salvo sin sufrir ningún daño grave. Después de ese incidente, ambos comprendieron lo importante que era cuidarse mutuamente en tiempos difíciles.

El oso recuperó completamente su fuerza gracias a los cuidados de Felipe y juntos continuaron explorando el páramo con precaución pero también con alegría renovada por seguir compartiendo momentos inolvidables juntos.

La historia de amistad entre un niño valiente y un oso herido se convirtió en leyenda en el pueblo del páramo, inspirando a todos a cuidar la naturaleza y demostrando que la solidaridad puede superar cualquier obstáculo.

FIN.

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