El niño y la casa en el árbol
Había una vez un niño llamado Lucas, a quien le encantaba pasar tiempo en la naturaleza. Un día, mientras paseaba por el bosque, encontró un árbol frondoso perfecto para construir una casa en su copa.
Con la ayuda de su papá, Lucas construyó una pequeña casa de madera en lo alto del árbol, con una hermosa hamaca debajo de ella. Todos los días, Lucas subía a su casa en el árbol y jugaba, soñaba y descansaba en su hamaca.
Un día, mientras disfrutaba de la brisa suave y el canto de los pájaros, comenzó a imaginar todas las aventuras que podría vivir desde ahí arriba.
Después de mucho pensar, decidió convertir su casa en el árbol en su propio refugio especial, donde pudiera leer, dibujar, jugar y descubrir el maravilloso mundo que lo rodeaba. Lucas pasaba horas en su casa del árbol, observando el bosque, aprendiendo sobre la naturaleza y encontrando inspiración en cada detalle.
Un día, mientras jugaba en su hamaca, se dio cuenta de que había descubierto su propio rincón mágico, donde la imaginación podía volar libremente.
Desde entonces, Lucas animaba a otros niños del pueblo a disfrutar de la naturaleza y a construir sus propias casas en los árboles, compartiendo la maravillosa sensación de libertad y creatividad que experimentaba cada día.
La casa en el árbol de Lucas se convirtió en un símbolo de amistad, aventura y conexión con la naturaleza para todos los niños del pueblo, y así, juntos, exploraban un mundo nuevo y fascinante desde las alturas.
FIN.