El niño y la corona robada



Había una vez un niño llamado Tomás, apodado Niño vaipara por su gran afición por viajar y explorar nuevos lugares. Un día, mientras jugaba en el parque, encontró una extraña puerta que no había visto antes.

Sin pensarlo dos veces, decidió abrirla y al cruzarla se dio cuenta de que estaba en un universo paralelo. Todo era diferente allí. Los árboles eran gigantes y los animales hablaban como las personas.

Niño vaipara estaba emocionado por la aventura que acababa de comenzar. De repente, un conejo con un reloj en la mano corrió hacia él:- ¡Date prisa! ¡Date prisa! -dijo el conejo-. Estamos muy atrasados para nuestra reunión importante.

Niño vaipara decidió seguir al conejo y descubrió que estaban en medio de una asamblea de animales importantes. El león era el líder del grupo y tenía un problema: alguien había robado su corona real. Niño vaipara ofreció su ayuda para encontrar la corona desaparecida.

Los animales aceptaron encantados y juntos comenzaron la búsqueda. Pasaron horas buscando sin éxito hasta que uno de los pájaros recordó haber visto a un zorro sospechoso cerca del lugar donde se guardaba la corona.

Niño vaipara y los demás animales fueron rápidamente al lugar indicado pero cuando llegaron allí, encontraron al zorro durmiendo plácidamente con la corona puesta sobre su cabeza. -¡Eh tú! -exclamó Niño vaipara-.

¡Devuelve esa corona ahora mismo! El zorro, sorprendido por la repentina aparición de los animales, intentó escapar pero Niño vaipara lo alcanzó y le quitó la corona. Con la corona recuperada, el león agradeció a Niño vaipara y los demás animales por su ayuda.

Como recompensa, les ofreció una fiesta con mucha comida y música en su honor. Niño vaipara se divirtió mucho en la fiesta pero pronto recordó que tenía que regresar a su propio universo.

Con lágrimas en los ojos, se despidió de sus nuevos amigos animales y cruzó la puerta de regreso a casa.

Aunque estaba triste por dejar atrás aquel mundo mágico, Niño vaipara aprendió una gran lección: siempre hay aventuras emocionantes esperando en lugares inesperados y nunca se sabe cuándo podríamos hacer amigos increíbles si estamos dispuestos a ayudarlos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!