El nuevo amigo de Tito

Tito era un niño alegre y activo que siempre solía jugar con sus amigos en la escuela. Sin embargo, un día, algo cambió. Sus amigos comenzaron a tratarlo mal, se burlaban de él y lo excluían de sus juegos. Tito se sentía triste y solo, sin entender por qué sus amigos se comportaban de esa manera. Todos los días, la situación se repetía, y Tito no sabía cómo cambiarla.

Un día, un nuevo alumno llegó a la escuela. Se llamaba Mateo y desde el primer momento, mostró ser amable y solidario. Al ver a Tito triste y solo, se acercó a él y le preguntó qué le pasaba. Tito, un poco desconfiado al principio, le contó lo que estaba viviendo. Mateo escuchó atentamente y le dijo a Tito que no se preocupara, que él sería su amigo.

Desde ese día, Tito y Mateo se volvieron inseparables. Mateo siempre defendía a Tito de las burlas de los demás y lo animaba cuando se sentía triste. Juntos descubrieron nuevas formas de divertirse, como explorar el patio de la escuela en busca de tesoros o inventar juegos divertidos para jugar juntos. La actitud positiva y solidaria de Mateo hizo que Tito se sintiera feliz de nuevo. Aprendió que no necesitaba a los amigos que lo trataban mal, porque había encontrado a un verdadero amigo en Mateo.

Con el tiempo, otros niños de la escuela también se dieron cuenta de lo genial que era Mateo y de lo bien que se llevaba con Tito. La actitud de los demás empezó a cambiar, y algunos de sus antiguos amigos se arrepintieron de cómo habían tratado a Tito. Finalmente, Tito les perdonó y volvió a ser amigo de ellos, pero nunca olvidó el valor de la amistad verdadera y el apoyo incondicional que le brindó Mateo.

Gracias a la valentía y amabilidad de Mateo, Tito aprendió que no importa cuántas personas lo traten mal, siempre habrá alguien dispuesto a ser su amigo de verdad. Juntos, Tito y Mateo demostraron que la amistad y el apoyo mutuo pueden superar cualquier obstáculo.